EL APUNTE
La resistencia de los sintecho
La persistencia de las acampadas de personas sin hogar muestra la distancia entre la retórica y la práctica del Gobierno local

La dificultad crónica, convertida en drama social, saca lo mejor de algunas personas. Los peores días de frío que ya no están tan lejos revelarán como cada invierno, como cada año, la existencia de un contingente de héroes anónimos capaces de regalar solidaridad a cambio ... de nada. Muchos de ellos, por cierto, religiosos católicos. Se trata de los voluntarios que colaboran con las organizaciones sociales y que reparten su tiempo libre, y no tan libre, en ayudar a los más necesitados.
Son personas con nombres y apellidos que prefieren pasar inadvertidas y cumplir con una labor social que, desde luego, no tiene precio. Sin embargo, su esfuerzo silencioso, invisible, resulta insuficiente para evitar que decenas de personas duerman en las calles cada noche. El doloroso escenario que ahora reaparece en Santa Bárbara, las bóvedas de Santa Elena o Varela , tampoco es exclusivo del invierno. Estos últimos días de verano, sin ir más atrás, la capital gaditana registrado un alarmante incremento del número de indigentes que han llegado a crear auténticos campamentos estables en varias zonas de la ciudad, incluso en los accesos a un museo como del títere. Entre estos campamentos crecientes hay algunos emplazamientos monumentales y turísticos muy transitados o visitados. Ninguno es nuevo. Todos van a peor, cada vez con más ocupantes.
El Ayuntamiento de Cádiz asegura que trabaja en este fenómeno, que tiene como mayores y primeras víctimas a los que carecen de hogar y refugio. Asegura que trabaja en el conflicto, que lo lamenta, que hace lo que puede, que prepara dispositivos e instalaciones pero insiste en que el problema «es complejo». La realidad es que se presentó un ‘centro de baja exigencia’ hace casi un año y aún no ha entrado en funcionamiento . El Gobierno local, al parecer, ha descubierto ahora que se trata de un fenómeno diverso y doloroso, de difícil atención. Ahora. Cinco, seis años antes, cuando las medidas eran similares y los hechos, parecidos, hablaba de abandono y crueldad. Es más fácil criticar que trabajar. Mientras el Ayuntamiento busca soluciones que antes exigía y ahora no atina a encontrar, los que solventan esos dramas personales o familiares, uno a uno, son Cruz Roja, Calor en la Noche o Despertares, u otros colectivos que cuentan con grupos de voluntarios que no hacen ruido ni dan lecciones de ética teórica. Sólo dan ejemplo.