OPINIÓN
Un reinicio necesario
El plan para acortar las listas de espera pone fin a una alarmante fase de deterioro de la sanidad pública
La jornada de ayer, aparentemente anodina como de un lunes cualquiera, marca un momento fundamental para un servicio público esencial como pocos: la sanidad. Ayer entró en vigor un plan tan sencillo como necesario y esperado. Consiste en abrir los quirófanos en las tardes y ... noches, en los fines de semana, para aliviar unas listas de espera que tienen 800.000 pacientes. Esa cifra, conocida hace pocas semanas supone medio millón más de afectados de lo reconocido por la Junta hasta diciembre, con la anterior dirección del PSOE.
El origen de ese deterioro de la sanidad pública hay que encontrarlo muchos años atrás, en los recortes que la Junta de Andalucía aplicó en materia de Sanidad hasta límites, sencillamente, inaceptables. El Defensor del Pueblo tuvo que tomar cartas en el asunto tras las cascada de denuncias públicas. Las mareas crecieron y los testimonios de los usuarios pusieron negro sobre blanco lo que es una evidencia: el Servicio Andaluz de Salud no cumplía la ley que obliga a atender de manera adecuada a un paciente antes de 180 días.
Esta denuncia oficial investigada e ignorada desde hace tiempo empezó a tener respuesta ayer. El nuevo Ejecutivo de la Junta se ha dado por enterado de la situación que venían denunciando numerosos usuarios de la sanidad pública y no menos profesionales del sector, que no paraban de avisar del preocupante descenso de la calidad asistencial. Y tan preocupante es ese descenso por sí mismo era la opacidad de los gestores del SAS para reconocer la situación y negar la magnitud real de las listas de espera. Se limitaban a negar la evidencia de forma obstinada y poner todo su empeño en tratar de maquillar esas listas, en enredar a los pacientes con triquiñuelas burocráticas, en lugar de esforzarse por ofrecer un mejor servicio.
Desde hace muchos años, con razón, la sanidad pública en España y en Andalucía se ha ganado el respeto e incluso la admiración de los ciudadanos. El nivel de los profesionales de la medicina es altísimo. Pero el de sus gestores estaba mancillando ese buen nombre. Y lo que es peor, poniendo en riesgo ese alto nivel de atención.
Las medidas anunciadas y aplicadas desde ayer en la provincia de Cádiz suponen la demostración de que la gestión, la administración, se pueden poner a la altura de pacientes, médicos y enfermeros.
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