El Apunte

Regreso al ritual eterno

La salida del 'Elcano' marca uno de los momentos mágicos en los que Cádiz se funde con su historia

LA VOZ

Por más que suene a tópico es una realidad. La última prueba llegó con su ausencia en la Regata de Grandes Veleros 2016. Todos le echaron de menos. Todos encontraron gigantesco el hueco que dejaba su forzosa ausencia. Y es que el Juan Sebastián de Elcano es esencial, es el mejor embajador de Cádiz en todo el mundo, el que pregona su pasado aventurero, marino, cosmopolita, de ida y vuelta, de paso y escala. Una verdad repetida mil veces no deja de serlo. Año tras año recibe la calurosa acogida de los ciudadanos de los países que visita, que ven en el orgulloso bergantín-goleta español a un amigo, un símbolo de lo mejor de la Armada de España que, desde hace casi 90 años, cruza el azul del mar soplen serenas las brisas o ruja amenazas la ola.

Y si el Elcano es acogido con cariño cuando llega, no lo es menos cuando parte. Mañana sábado llegará la ocasión, especial, en este año con dos travesías. En Cádiz se sabe mucho de eso, se han vivido muchas despedidas, tantas como regresos, pero la magia del momento nunca mengua. Año tras año, con la regularidad y devoción de un paso de Semana Santa, centenares de gaditanos se acercan hasta el muelle para ver al buque-escuela y, cuando es posible, visitarlo como en estos dos días. Y quien puede, repite.

Siempre se encuentra alguna sorpresa en el bauprés, una marca en la mesana que no se conocía o se descubre un detalle en la banda de popa en el que no se había reparado. Y si expectación genera entre la ciudadanía en general, la que despierta en los familiares de los marinos y guardiamarinas que se embarcan es máxima.

Este año volverán a verse lágrimas y momentos de emoción cuando el mejor embajador de la Bahía partía con sus más de 250 personas a bordo. Si en estos tiempos de cainismo hay que agradecer algo a este barco es su fuerza para unir. En el muelle no existirán reproches ni diferencias partidistas ni rencores socioeconómicos: todos se sentirán hermanados por el buque.

El arranque del crucero de instrucción volverá a demostrar que entre la nave y la ciudad hay un vínculo, un compromiso, sincero. En la rosa de los vientos del Juan Sebastián de Elcano se marca ahora un destino pero, en una parte de la brújula, siempre está Cádiz.

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