El Apunte
Un récord tras otro
Las cifras de turistas recibidos en la provincia se abonan a lo excepcional
Los últimos datos oficiales lo confirman. Primero pareció un gran logro alcanzar el millón de turistas. Apenas un par de años después de cruzar esa frontera resulta que se ha doblado, que ya son dos millones. La mitad parecía un acontecimiento, así que el doble debe de ser una hazaña social que quizás no valoraremos hasta que desaparezca de nuestra vida cotidiana. Es una evidencia que el turismo y sus empresas auxiliares forman el sector económico más robusto de la dañada economía provincial. Ningún otro (si se suman hoteles, hostelería, transportes y suministros) mueve más dinero, más productos y más empleo en una zona con graves problemas de paro estructural. Los ciudadanos hace tiempo que lo saben. Nadie va a sorprenderse de esa situación. Tiene ya tiempo y trayectoria. Tanta, que los gaditanos conocemos los beneficios y los inconvenientes de vivir pendientes del turismo.
El mayor de sus defectos es la estacionalidad, la temporalidad. Esa característica ha marcado hace años las estadísticas de empleo y, por extensión, los ingresos en miles de familias. Las instituciones y las empresas, los expertos y los profesionales, llevan años hablando de la necesidad de «romper la estacionalidad». Esa expresión, traducida, significa que la provincia y su sector turístico necesitan que vengan todo el año, que no se concentren sólo en los dos meses principales del verano, quizás en alguna semana festiva de primavera o invierno. Para que los contratos sean más, para que la riqueza a repartir sea estable, es preciso que los niveles de estancias y visitas mantengan cierta regularidad, al menos durante ocho de los doce meses. Después de mucho desearlo, de nuevo en este otoño hay serios indicios de que empieza a suceder.
El turismo rural es una realidad cada vez más estable. Los cruceros llegan con un ritmo nunca conocido a la capital gaditana y los pequeños desplazamientos familiares son cada vez más comunes. Es un turismo provincial, regional o nacional atraido por pequeños detalles como el casco antiguo de Vejer, Arcos, Jerez, Sanlúcar o Cádiz, por el nuevo puente sobre la Bahía o por eventos culturales y gastronómicos que a veces no parecen demasiado llamativos. A ese goteo se suman los grandes operadores. Si se combinan estos factores, y se mantienen, pueden volver a darse números de récord un año tras otro.