José Antonio Rivera
Si yo fuera
Se acabó lo que se daba. Termina la fase de cuartos de final de este COAC2016
Se acabó lo que se daba. Termina la fase de cuartos de final de este COAC2016. Como suele ocurrir todos los años, ha sido una fase que termina haciéndose larga y tediosa, no sólo por el horario que hay que soportar sino por el nivel tan bajo que algunas agrupaciones ofrecen y por ese ambiente tan raro que se vive entre la afición. Sería interesante que por parte de la organización del Concurso no sólo se revisara la venta de entradas en internet y a familiares de los componentes, tema éste a comentar aparte, sino que también valoraran si el pase a cuartos de cincuenta y cuatro agrupaciones no es demasiado elevado. Si se reduce este número de grupos se haría una fase más interesante y selecta. Con siete grupos por sesión saldrían unas sesiones más amenas para todos, incluso para las propias agrupaciones, que no tendrían que cantar a las tres de la mañana con un teatro bostezando. Se quitarían de en medio a muchos grupos que son un verdadero tostón. Y es que entre el tostón de estas agrupaciones y la espantada que pegan un gran sector de familiares una vez que terminan de actuar sus seres queridos, la imagen que ofrece el teatro deja mucho que desear.
Ahora llega el momento cumbre, el momento en el que todos queremos estar en el teatro, donde las agrupaciones tienen que desenvainar todo su repertorio de letras para convencer al jurado de que son ellas los que tienen que estar el día 5 en las tablas.
Si yo fuera jurado, valoraría letras inéditas y penalizaría la repetición de temas.
Si yo fuera jurado, castigaría los ataques desmedidos hacía cualquier sector y puntuaría favorablemente el gaditanismo que se echa en falta en los repertorios.
Si yo fuera jurado, apreciaría el ‘vellito de punta’ y sancionaría la broma sin gusto, el insulto fácil o el borderío chabacano
Si yo fuera jurado, lo que sí no admitiría es el repertorio concursero de una comparsa que no canta lo que siente, simplemente por arengar con una letra a un público insulso que se deja llevar por una actitud exagerada de los componentes de la agrupación.
Aunque al fin y al cabo, no hay que darle tantas vueltas si van a pasar las que tienen que pasar, ni una menos, ni una más. ¡Salud!
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