Los quebrantos de la pesca
La reducción de cuotas, la negociaciones con Bruselas o Marruecos y hasta el alga invasora se unen para llevar la angustia al sector
El sector pesquero en la provincia vive en permanente riesgo, siempre sobre el filo de una espada y con el temor de que aún más puestos de trabajo, más beneficios y más productividad se caigan al mar para no volver a salir a ... flote. La petición de Barbate de tener una marca de pescado propia puede ser un proyecto esperanzador pero los enemigos son demasiados. Por si hubiera pocos, aparece un alga invasora que se expande por todos los fondos con una voracidad que nadie parece querer ver. Los bancos del Golfo de Cádiz cada vez son menores y más inaccesibles. A esa nueva situación que nadie se decide a combatir se une la amenaza de una nueva reducción de cuotas desde la Unión Europea, además de la dependencia, parcial pero notable, de Marruecos y su acuerdo pesquero en eterna revisión. La flota andaluza, especialmente la de Algeciras, Tarifa, Conil y Barbate, que faena en el caladero del país vecino se encuentra amarrada a ese compromiso. Las espadas están en lo alto en el sector pesquero gaditano pero llevan así demasiado tiempo y los brazos empiezan a cansarse.
Todas estas cuestiones, de las cuotas a las algas pasando por Marruecos y Bruselas, dependen de negociaciones que se demoran meses y meses, lo que significa la ruina para los pescadores gaditanos. Las negociaciones siempre están arrancando o pendientes, en Estrasburgo o en Rabat, en Madrid o en la Diputación Provincial de Cádiz, pero los quebrantos pesqueros nunca encuentran solución. La permanente precariedad de un Gobierno en funciones durante tanto tiempo tampoco ayuda a encontrar soluciones. Según los afectados, la parte política se presenta como la más complicada porque todos los pactos están sometidos a la posterior revisión del Tribunal de Justicia Europeo y España no deja de perder peso en las negociaciones intracontinentales o internacionales. La retirada de Miguel Arias Cañete viene a suponer un punto de melancolía entre los que añoran negociaciones firmes que pongan los intereses de la flota gaditana por encima de otras consideraciones estratégicas. Marruecos, por su parte, considera que su soberanía sobre las aguas del Sáhara –donde se pesca más del 90% de las capturas de la flota europea– constituye «una línea roja» más allá de toda discusión. A todo esto, la flota gaditana pesca en el Golfo de Cádiz, y sin embargo, los recursos de esta zona no dan para aguantar el negocio.