OPINIÓN

Pulir la Justicia

La sentencia de los cinco animales de la manada es injusta y nos enerva, pero no se puede politizar ni hay que cargarse el sistema

Manifestación de protesta el pasado jueves por la sentencia de la manada
Ignacio Moreno

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Cinco mastuerzos hasta arriba de todo agarran a una chica de 18 años, una niña prácticamente, para meterla en un portal. A las cuatro de la mañana. En pleno San Fermín. La someten a tres penetraciones, cinco felaciones y la sodomizan. No utilizan violencia como tal, no la golpean. No hace falta. Son cinco. Están eufóricos. Se turnan. Tienen a su presa y no van a soltarla. Ella está casi inconsciente. Deseando que acabe todo cuanto antes. Y que no sea aún peor si encima opone resistencia. Violada. Marcada interiormente para siempre. Y ahora, casi dos años después, encima apaleada por la Justicia. Por un tecnicismo. Por un artículo del Código Penal demasiado abierto a interpretaciones personales en los casos de índole sexual. Porque a decir de un juez no hubo agresión, sino abuso . No le dejaron un labio roto o un ojo morado y por eso estos cinco animales se ahorran más de diez años de prisión.

Este lamentable caso nos ha dejado a todos aturdidos, pero al menos nos ha permitido extraer alguna conclusión positiva. Por un lado el Gobierno ha anunciado que va a revisar los delitos sexuales en ese Código Penal que, a la vista está, cojea en este aspecto. Por otro, las muestras de solidaridad y apoyo de España entera hacia la víctima, sin colores políticos, por más que las pancartas de las cabeceras de las manifestaciones del jueves estuvieran teñidas del morado feminista/radical de Podemos. Esto no es una cuestión política. Cinco salvajes en un portal sometiendo a una casi adolescente no es un problema de derechas ni de izquierdas. Es sencillamente una brutal falta de valores y de respeto hacia el prójimo. Escribir en una pancarta ‘La manada no son 5, la manada es el sistema’ es una de las mayores estupideces que hemos podido leer en una pancarta en los últimos tiempos. Y miren que hemos leído estupideces en pancartas en los últimos tiempos. Porque si jugamos a politizar, bien está que esa izquierda radical antisitema se pronuncie y se deje de ambigüedades. ¿Qué hacemos ahora con la prisión permanente revisable, por ejemplo? Esa abominación que defienden los fachas de la derecha fascista ¿Tendrían José Ángel Prenda y sus cuatro esbirros que pasarse el resto de sus días en la cárcel? ¿Tienen posibilidad de rehabilitación? ¿U ocurrirá como con el violador del ascensor, que se benefició de la doctrina Parot para volver a violar?

Todas estas preguntas no tienen fácil respuesta. Caben todas las opiniones. Pero una cosa sí está clara. Esto no es culpa del sistema. Ni es tan básico como para reducirlo a un problema de machismo/feminismo. Lo que debemos hacer es dejar trabajar a los profesionales de la Justicia para que se siga puliendo y mejorando. Porque pese a todo –lentitud procesal y sentencias polémicas incluidas– la Justicia en este país funciona y es una de las grandes garantías de nuestra democracia y nuestra libertad.

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