EL APUNTE
El PSOE tiene la ocasión de empezar de nuevo
Cerrado el ciclo de asambleas, congresos y primarias, es imprescindible un mínimo grado de unidad para recuperar la función como herramienta ciudadana
Los socialistas gaditanos han cerrado el ciclo de congresos y asambleas que empezó con la guerra civil originada con la salida –más tarde, regreso– de Pedro Sánchez. El calendario se ha cumplido con cierta normalidad, especialmente en su tramo medio, en las citas regionales y provinciales se cumplieron los pronósticos y escasearon los apuñalamientos dialécticos. Algo más dañinos fueron los debates a escala nacional y local. Todavía, con demasiada frecuencia, los socialistas parecen empeñados en demostrar que la fractura que amenazó con desangrar a la formación en toda España. Cabe pensar que apenas ha soldado.
Las elecciones internas en cada gran ciudad de la Bahía de Cádiz ha demostrado que la inercia del poder aún tiene mucho peso. En todas las ciudades grandes, el alcalde, alcaldesa o secretario general ha conseguido el respaldo para seguir.Mientras que los aspirantes que pretendían el relevo apenas han conseguido apoyos. Pero más allá de la casuística particular, destaca el síntoma. La fractura permanece y aún se hará más evidente cuando los socialistas den el siguiente paso, el inminente y trascendente durante el próximo año: la elección de candidatos a las alcaldías para primavera de 2019.
En la siempre conflictiva capital gaditana, los socialistas parecen resueltos a empezar a saldar las eternas cuentas pendientes que siempre saldan en paralelo, las que han dejado su militancia en un esquelético número: 437 afiliados, con una gran mayoría de edad bastante alta.
Es un partido que necesita juventud, lograr de una vez un mínimo nivel de unidad y muchas alternativas. La guerra civil declarada a nivel nacional, provincial o local en el seno de la organización debe quedar atrás porque dificulta que el partido sea lo que debe ser, sin ninguna excusa: una herramienta para los ciudadanos. No sólo en Cádiz. También hay mucho trabajo por delante en Chiclana, San Fernando, Jerez o El Puerto. Y a escala andaluza, con 35 años de inercia. Por no mencionar las necesidades estatales, con Cataluña medio sublevada.