Ignacio Moreno Bustamante - OPINIÓN
El PSOE resurgirá
No hay una crisis de valores o dudas sobre sus principios fundacionales. Sólo hay discrepancias sobre quién y cómo debe gestionarlo
El PSOE sobrevivirá. No cabe la menor duda. Estamos hablando de un partido muchísimo más grande que las personas que lo componen. De una de las piezas clave de la historia de España. De uno de los dos partidos que han hecho que todos los españoles que hoy día vivimos en este país lo hayamos hecho en una democracia fuerte, consolidada, real. Con sus muchos defectos, con sus gravísimos casos de corrupción –si no lo ha matado el caso ERE nada lo hará– con sus no pocos políticos ineptos, el PSOE es un partido fuerte. Muy fuerte. No hablamos de una moda pasajera como lo fue UPyD. O de un ‘invento’ de un joven catalán a la sombra del PP cuyo recorrido aún está por ver. Ni mucho menos de un partido creado por cuatro amiguetes en la barra de la cafetería de la Universidad que, entre cervezas y porritos, supieron rentabilizar en beneficio propio la indignación de unos pocos millones de españoles.
Hablamos de una organización que está muy por encima de Pedro Sánchez. Muy por encima de Susana Díaz. Muy por encima incluso de históricos como Felipe González o Alfonso Guerra. Cierto es que la coyuntura actual es muy complicada. Probablemente una de las más difíciles que ha tenido que abordar en sus más de cien años de historia. Sin duda, la más dura de la historia de la democracia de este país. Pero no es un problema del PSOE en sí mismo. No hay una crisis de valores o dudas sobre sus principios fundacionales. Sólo hay discrepancias sobre quién y cómo debe gestionarlo. Sobre quién debe jugar las cartas que le han tocado en este delicado momento de parálisis institucional. Aderezado, obviamente, con unos pésimos resultados electorales en los últimos meses. Pero es un problema de personas. De egos. No del socialismo como tal.
Así que, más pronto que tarde, el Partido Socialista Obrero Español saldrá adelante. Resurgirá con un nuevo líder o lideresa y, con el tiempo, volverá a ser lo que fue. Con otros nombres, con otros protagonistas, con otras caras en sus órganos dirigentes, pero con sus siglas intactas. Tocadas tan sólo, como decía al principio, por la grave corrupción que ha existido dentro de sus filas. Exactamente igual que el PP. Cuando pase esta crisis institucional que ya se alarga demasiado en el tiempo, ambos partidos deberían centrar sus esfuerzos en regenerarse internamente. En colocar en los puestos de responsabilidad a los más capaces y a los más honrados. Sólo así podrán volver a ganarse la confianza que los españoles les han dado durante las últimas décadas.
El PSOE resurgirá, no les quepa la menor duda. España lo necesita fuerte. Y los españoles de izquierdas no son tontos.