Fernando Sicre Gilabert - OPINIÓN
Proporcionalidad y lloriqueo
Sólo espero que no pare de llorar y eche toda la bilis por el lacrimal, le vendría bien, será una cura necesaria para ver que el día 2-O es un día más
Me conmovieron las lágrimas del genético francés por antonomasia, el separatista catalán aspirante a ser un enfant de la Patrie, Junqueras, con voz entrecortada, que no acerté a escuchar si se lamentaba que le habían quitado la tarjeta de crédito o es que entonaba la marsellesa entre gemidos parafraseando «le jour de gloire est arrivé! Contre nous de la tyrannie…».
Si era eso lo que vociferaba por esa boca de manso francés, de los utilizados en la plaza de Nimes para engañar a los de verdad, negros zainos y españoles, pues lo siento pero los franceses cuando agreden a un torero español, cantan ‘La Marsellesa’ en señal de solidaridad y cuando le queman una bandera los separatistas catalanes vociferan «on touche les balles». Sólo espero que no pare de llorar y eche toda la bilis por el lacrimal, le vendría bien, será una cura necesaria para ver que el día 2-O es un día más , con el agravante de que las cuentas de la Generalidad siguen intervenidas.
Dejemos a ‘Alain Delon’ porque el doble no se merece mi tiempo ni el suyo. Analicemos el término «proporcionalidad», muy de moda estos días, para determinar el alcance de las medidas adoptadas por los poderes del Estado al Nordeste del Ebro. El salmantino Francisco de Vitoria escribió en 1538 su magna obra de Derecho Internacional, describiendo los actos lícitos o proporcionales contra el enemigo en la guerra. Se consideran los primeros antecedentes de la teoría del principio de la proporcionalidad .
Hay que recurrir al Derecho alemán para darle al mismo el sentido que los tiempos modernos le otorgan. Ha sido desarrollado por la jurisprudencia constitucional de ese país, para luego expandir su aplicación en el ámbito europeo y al sistema americano de Derechos humanos. Este TC alemán es el que recientemente dijo que Baviera como Estado federado no tiene legitimación para iniciar un proceso de referéndum de autodeterminación. Necesitó 10 días para dictar su resolución y utilizó cinco líneas para prohibirlo por ser contrario a la Ley Fundamental de Bonn, que a la sazón es la Constitución alemana. Además, el Estado de derecho imperó una vez más, porque allí se cumple la Ley, sobre todo si son órganos y poderes del Estado o de sus Landers.
Se han utilizado como conceptos sinónimos los de proporcionalidad o razonabilidad, que vienen a considerar que la producción del Derecho debe sujetarse a ciertos estándares que impidan o disminuyan al máximo la arbitrariedad. Ese es el origen de la idea de proporcionalidad. Realmente no son lo mismo, aunque existe una relación entre ambos principios, de género a especie.
Mediante la proporcionalidad se puede llegar a determinar si una actuación estatal, y más precisamente si la intensidad de ésta, es o no jurídicamente la más adecuada para perseguir un determinado fin . En un principio el concepto se refería a la prohibición de exceso, se articulaba como un criterio de control sobre los poderes discrecionales de la administración y como límite al ejercicio del poder de policía. Hoy, la proporcionalidad como principio de Derecho se ha desarrollado con estrecha referencia a la naturaleza de los Derechos fundamentales y al Estado de derecho. Ha pasado a transformarse en un principio constitucional de protección de los derechos fundamentales. En virtud de él se prohíbe que las acciones de los poderes públicos sean excesivas, desproporcionadas.
Ahora bien, ni Francisco de Vitoria prohibió la guerra, solo actos colaterales a ella, fundamentalmente referidos a la población civil, ni debe entenderse que los derechos fundamentales y libertades públicas tienen carácter absoluto. En consecuencia, pongámonos en manos de Weber, que acuño «el Estado detenta el monopolio de la violencia física legítima». Así es que otorguémosela con las solas restricciones de la proporcionalidad y razonabilidad al Benemérito Cuerpo, para que el Estado vuelva serlo y para siempre en Cataluña.
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