Fernando Sicre
Progreso para el desarrollo
La economía es lo único importante. Lo dijo el presidente del Gobierno en su debate de investidura
La economía es lo único importante. Lo dijo el presidente del Gobierno en su debate de investidura. El dinero no nos hace felices, pero ayuda a ello y mucho. Es lo que dice la gente corriente cuando se refieren a la realidad mundana. Montoro reconoció la pasada semana el enésimo incumplimiento en materia de déficit público. La liquidación definitiva de los Presupuestos habidos en la legislatura han presentado un descuadre negativo, lo que significa que han sido generadores de déficits públicos. Y las cuantías de estos determinan los incrementos anuales a la cifra de la deuda pública. La credibilidad en economía es un activo de la mayor importancia. Tras una gran subida impositiva que marcó el inicio de la legislatura, para enmendar el desaguisado zapateril, no ha habido entereza suficiente para embridar el gasto público. Todo indica que el gran problema presupuestario se centra en las CC AA. Da la impresión de que se carecen de los instrumentos necesarios para exigir la disciplina fiscal y la propia supervisión de las cuentas autonómicas. No puede haber credibilidad cuando el Estado no dispone aparentemente de medios y ganas de exigir el cumplimiento de los compromisos adquiridos con la UE. El Gobierno debe de poner en marcha de inmediato medidas coercitivas tendentes a asegurar la disciplina fiscal. Para ello, el Estado debe disponer de instrumentos necesarios, ágiles y eficaces. Pero sobre todo, debe tener ganas y agallas para aplicarlos y ejecutarlos. La credibilidad de España está en entredicho, no solo ante la UE, sino ante los mercados financieros y eso no es bueno.
Jordi Sevilla, ministro del inefable gobierno de ZP, generador de los mayores desequilibrios macroeconómico jamás conocidos y que serán estudiados en universidades como supuestos paradigmáticos de lo que no se debe hacer, ha criticado de manera demoledora esta última semana el déficit consolidado correspondiente al Presupuesto de 2015. Curiosamente el señor Sevilla es el autor de las propuestas económicas del PSOE para esta legislatura. Se han sabido de manera algo más pormenorizadas a colación con el debate de no investidura del ínclito Sánchez. La pasada semana, Pedro y Pablo salían del Congreso para darse un baño de multitudes mediáticas.
Los Picapiedra quieren ir de la mano, solo les faltó comerse la boca, cosa que era hasta previsible, considerando los antecedentes inmediatos. No sé qué dirán Betty y Vilma de todo esto, supongo que estarán en estado de éxtasis, de igual forma que yo estoy en estado de shock. Miren, los programas electorales de ambas formaciones son incompatibles. Los de morado, los rojos rojos, han dispuesto hasta 14 medidas económicas, entre las que sobresalen, Renta garantizada, Renta complementaria, elevación Salario Mínimo Interprofesional, subida progresiva de todos los impuestos, derogación artículo 135 CE… que cuantificados suponen 96.000 millones adicionales sobre el gasto ya presupuestado, frente a unos ingresos adicionales de 70.000 millones. Al déficit existente habría que añadir otros 26.000 millones. Por su parte, los rojos del capullo en la mano piensan que con 25.000 millones de gasto adicional se cubren sus ofertas electorales. No solo las diferencias cuantitativas, sino también cualitativas, advierten de las diferencias abismales de ambas propuestas. Por lo que un acuerdo sería un gran engaño a sus electores. Pero para el sufrido pueblo español, el resultado del acuerdo sería la bolivarización hispana o las consecuencias helénicas de Syriza, que al final han traído al pobre pueblo griego un rescate de 80.000 millones y una inacabable lista de recortes sociales, ente otros, la reducción de la pensión de jubilación en más del 30%. Ese pretendido y prometido progreso, no sería otra cosa que el regreso al peor de los pasados.
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