LA VOZ - El apunte

Problemas reales

El Ayuntamiento ve que la situación de los sin techo «es compleja». Muchos voluntarios lo sabían ya

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La emergencia y el drama social pueden sacar lo mejor de algunas personas. Los últimos días de frío que azotan esta semana las calles de Cádiz ha puesto de manifiesto la existencia de un contingente de héroes anónimos capaz de regalar solidaridad a cambio de nada. Se trata de los voluntarios que colaboran con las organizaciones sociales y que reparten su tiempo libre y no tan libre en ayudar a los más necesitados. Son personas con nombres y apellidos que prefieren pasar inadvertidas y cumplir con una labor social que, desde luego, no tiene precio.

Sin embargo, su esfuerzo silencioso, invisible, resulta insuficiente para evitar que decenas de personas duerman en las calles y, lo que es peor, mueran en ella. El caso registrado ayer bajo el Balneario de La Palma, en La Caleta, es el último de un invierno trágico que se ha llevado varias vidas de personas sin techo, sin hogar. El Ayuntamiento de Cádiz lo lamenta, hace lo que puede, prepara dispositivos e instalaciones pero el problema «es complejo», admite ahora. Antes, cuando las medidas eran similares y los hechos, parecidos, hablaba de abandono y crueldad pero es más fácil criticar que trabajar.

Las que lo hacen sin descanos, antes y ahora son organizaciones como Cruz Roja, Calor en la Noche o Despertares, que cuentan con grupos de voluntarios para llevar a cualquier hora del día esa ayuda tan necesaria como solicitada. La bajada de las temperaturas ya obligó, allá por otoño, a estas organizaciones a redoblar sus esfuerzos para llevar mantas, sacos de dormir y comida a los ‘sin techo’ de Cádiz. Sus voluntarios peinan la capital de punta a punta para llevar calor y algo de compañía a quienes duermen al raso. No es fácil volver a casa con la imagen del drama en la retina y con la desesperación en la conciencia. Son los auténticos héroes del frío. Muchos de ellos ponen de su bolsillo el dinero necesario para mitigar las necesidades de los que menos tienen.

¿Cómo se llega a esta situación? Algunos indigentes reconocen que no es tan difícil. La crisis, la soledad, la falta de apoyo familiar, una depresión o una enfermedad pueden ser el preámbulo de una vida que se tuerce hasta terminar mendigando en la calle. El Ayuntamiento de Cádiz ha descubierto ahora la complejidad del problema, que muchos no se dejan ayudar, que hay que insistir y seguir, como hacen los voluntarios, convencer. Ahora como sucedía antes, las soluciones fáciles no existen.

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