El premio gordo

Están todas las bolas dentro y puede salir cualquier número. Dicen que decide la suerte o la estadística

Yolanda Vallejo

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En días como el de hoy me alegro mucho de haber tenido una educación “Pollyanna”, basada en el “glad game” –que traducido resulta una ñoñería muy grande- y en una resignación cristiana muy naïf. “Pollyanna”, por si usted no se acuerda, era una ... novela insoportable de Eleanor H. Porter que tuvo un éxito sin precedentes alimentado por el optimismo exagerado de su protagonista, la pequeña huérfana a la que todo le parecía bien, pionera en hacer de sus debilidades, virtudes, y que, en el colmo de los colmos de la empachera optimista, hizo una fiesta a la muleta que dejó Santa Claus bajo el árbol -en vez de la muñeca que había pedido- simplemente porque no la necesitaba. Las monjas nos hacían leer año tras año la novelita para extraer siempre la misma conclusión: el que no se consuela es porque no quiere.

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