El Apunte - OPINIÓN

La política vacía de los gestos

La visita de Fátima Báñez provoca el enésimo amago de polémica entre unas instituciones incapaces

La Voz

Los dirigentes políticos, al menos en Cádiz, no se enteran. Los nuevos que tan rápidamente parecen envejecer, los de siempre, los que llegan, los que están... No se enteran. Los ciudadanos esperan reformas, planes, ideas e impulsos liderados por los elegidos como representantes temporales. Todo lo que no sean obras, son desamores. Todo lo que no sean números, son cuentos. Ni las banderas, ni los adjetivos, ni los gestos, ni las caras de sufrimiento suponen nada para el que espera algo.

La jornada de ayer deparó en Cádiz otra escena que ilustra este desencuentro, esta distancia sideral entre lo que reclaman los ciudadanos y lo que les ofrecen sus delegados en las instituciones. Una ministra en funciones visitó la ciudad y anunció el enésimo plan de fomento del empleo. Entre Gobierno y Junta, en los últimos 30 años, han debido de anunciar medio centenar sin que uno solo haya servido para rebajar los escandalosos porcentajes de desempleo en la ciudad, en la Bahía y en la provincia. Ninguno ha logrado que esta tierra deje de tener datos propios del tercer mundo en lo que a mercado laboral se refiere.

Es decir, la visita y el anuncio, la foto y la cifra equivalen a nada hasta que la realidad demuestre lo contrario. Otra nadería comparable fue la respuesta del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz al tratar de levantar una polémica con el presunto retraso con el que fue invitado el alcalde de la ciudad, José María González al acto presidido por Fátima Báñez. La edil Laura Jiménez, con esa incontinencia verbal tan pueril que se gasta su grupo político, aseguró que el aviso les llegó el pasado viernes a las nueve de la noche y que a esa hora la plantilla municipal había acabado su jornada laboral.

Conviene abrir una comisión de investigación, depurar responsabilidades y llegar hasta el fondo, con todas las consecuencias, hasta averiguar a quién le importa que el alcalde considere suficientes o no las 56 horas de margen con las que le avisaron. Qué cambia eso de la desconfianza que provoca el anuncio de la ministra, del retraso acumulado de las obras que visitó en el Instituto de la Seguridad Social. Qué más da que hubiera diez o doce representantes públicos, o siete. Lo único importante, lo que esperamos todos, son los hechos, no los actos, son los logros y no las palabras. Lo único importante es saber si el empleo prometido se creará. Pero en este último apartado, ni Podemos, ni PSOE ni PP han demostrado tener imaginación, perseverencia ni pericia. Para cruzar descalificaciones, sí.

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