El Apunte - OPINIÓN
Podemos y las dos cabezas
La formación vuelve a tratar de frenar en Madrid pactos con Arabia Saudí mientras la Bahía los espera
Los contratos y la firma no llegan. La espectacular carga de trabajo y la ansiada ocupación que daría empleo completo a Navantia en San Fernando se hacen de rogar. Esos 10.000 puestos de trabajo repartidos durante un lustro, no aparecen . Aún no está confirmado el gran encargo, el gigantesco, el histórico, el más esperado. Tanta espera deja tiempo a que formaciones políticas sin más normas que abonarse a los gestos y al escándalo caigan en contradicciones constantes.
El Congreso fue escenario ayer de la última. La representación nacional de Podemos trató de aprobar ayer que Arabia Saudí –el país que debe encargar esas cinco fragatas que serían prosperidad industrial para San Fernando– no pueda comprar armas ni barcos de guerra a España . El motivo sería que se trata de un estado con demasiados vínculos con demasiados conflictos bélicos, con demasiadas sospechas de amparar o impulsar a demasiados terroristas internacionales. La lista de países a los que se achacan, con más o menos argumentos, esas prácticas en los últimos 30 años podría completar un libro bastante voluminoso.
Mientras eso pasaba en Madrid –aunque afortunadamente la propuesta fue vencida democráticamente– sus representantes locales callaban y miraban para otra parte . En varias ocasiones han apoyado la llegada de esa faena que sus propios compañeros, líderes estatales, consideran manchada de sangre. Pesa más el interés político por recabar votos que la ansiada carga de trabajo en Navantia. La negociación aún no está confirmada de forma definitiva. El Gobierno de Riad ha elegido a Navantia como empresa constructora de este enorme encargo y así se lo transmitió el rey Salmán bin Abdulaziz al monarca español Felipe VI durante la visita que giró al país a mediados del pasado enero. Esta visita contribuyó a desbloquear un acuerdo que estaba atado, pero que, a pesar de las buenas intenciones, no terminaba de cuajar.
Tras la visita del Rey de España a Riad quedaron sobre la mesa algunos flecos pendientes. En este punto, todavía, se encuentran ahora las conversaciones entre las dos partes. Es lógico que la plantilla del astillero isleño esté nerviosa por las consecuencias que puede acarrear el retraso de la obra, pero no tiene sentido que, a estas alturas del partido, se vuelva a los tópicos de la geopolítica de película de Hollywood para enturbiar un logro que ya es complejo sin interferencias.
Ver comentarios