Podemos pasa su rodillo
El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz ha decidido ignorar los acuerdos que alcanza por mayoría el Pleno
Democracia. A la inmensa mayoría de los actuales dirigentes de los partidos de izquierda se les llena la boca a la hora de pronunciar esta palabra. Democracia. Como si la hubieran inventados ellos. Como si solo bajo su paraguas estuviera garantizada para nosotros, los pobres ... españolitos. Pero igual que en estos últimos meses hemos descubierto que hay dos Pedro Sánchez, el de antes y el de después de ser presidente, es evidente también que en el caso de Cádiz hay dos Podemos: los de antes y los de después de llegar a San Juan de Dios. A la cabeza, obviamente, el excelentísimo ‘arcarde’, pero no es el único. Y seguramente ni siquiera es el más radical. Porque si los concejales de los que se rodeó en su primer mandato se caracterizaban por su incompetencia supina –¿dónde están ahora que han salido de la política los Martínez de Pinillos, María Romay, Álvaro de la Fuente, Bauza, Laura Jiménez o Ana Camelo?– los actuales destacan más por su radicalidad, por su colmillo retorcido. Todos movidos por los hilos del jefe de Gabinete, José Vicente Barcia, siempre a la sombra, siempre escondido.
Esa radicalidad, ese querer imponer siempre su voluntad sin respetar la de aquellos que piensan diferente, se manifiesta de mil y una formas, aunque es cierto que no les pasa factura desde el punto de vista electoral. Ahí están los tíos, gobernando casi en mayoría.
Sin embargo ese matiz, ese ‘casi’, es fundamental. Por mucho pecho que saquen, Podemos Cádiz, o Adelante o como quiera que se llamen, no tienen mayoría en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Pero actúan como si la tuvieran. Ellos, que tanto criticaron a Teófila Martínez, a la que acusaron de fascista por ‘imponer’ su voluntad cuando ella sí que tenía una mayoría amplia que la respaldaba –el Teofilato, ¿recuerdan?–, ellos se pasan por el forro las más mínimas reglas del juego democrático y actúan como un gobierno fascistoide digno de cualquier república bananera. La prueba más evidente, e indignante, es que directamente ignoran los acuerdos que se alcanzan por mayoría en los plenos si ellos no los han votado a favor. En estos últimos años hemos visto varios ejemplos. El último, el de la ampliación de los servicios de playa durante el mes de octubre. Votado a favor por PP, PSOE y Ciudadanos y en contra por Podemos. 14 votos frente e 13. Y el concejal de turno, Demetrio Quirós, osa decir –recogido en vivo y en directo por las cámaras de Onda Cádiz–, que esa es la voluntad del pleno, pero no es su prioridad. Que sus prioridades son otras. Y que no van a ejecutar el acuerdo. Se atreve incluso a pedir que se hagan propuestas ‘realistas’, como si esta no lo fuera. Si eso no es actuar como en una dictadura dígame usted qué es. Cutre, eso sí. Una dictadura cutre.