IGNACIO MORENO - ARTÍCULO
El podemismo 'ilustrado'
Hay que reconocer que la formación morada utiliza con mucho tino las redes sociales
Hay que reconocer que Podemos utiliza con mucho tino las redes sociales. Mucho más y muchísimo mejor que el resto de partidos, digamos, convencionales. En cuanto huelen un tema del que consideran que pueden obtener rédito político, ahí están los tíos. A la yugular. Que un mangante del PP mete la mano en la caja, allá van a saco. Que un dirigente del PSOE enchufa a su primo, todos a una a por él. Ocurre también si se produce alguna declaración fuera de tono relacionada con la violencia de género, el machismo, la justicia social o la inmigración, asuntos en los que se han erigido en adalides de lo moralmente correcto. No les digo ya si sale a colación la Guerra Civil, su tema preferido. Basta una frase de Pablo Iglesias, Errejón o el propio Kichi para que todos salgan en masa , habitualmente enfurecida. Facebook y Twitter empiezan a echar humo. Se convierten en virtuales salas de justicia donde se dictan sentencias con una rapidez y rotundidad que ya quisiera para sí la Justicia ordinaria. Todo ello apoyado desde La Sexta, Cuatro y algún que otro digital con ínfulas de periódico. Ocurre también con los defensores de las ideologías contrarias, claro, pero cualquier pepero o sociata es un mero aprendiz al lado de estos artistas de la red.
Si nos dejáramos guiar sólo por lo que se dice en las redes sociales y realmente su dimensión y transcendencia se correspondiera con la realidad, ahora mismo Iglesias sería presidente del Gobierno, Errejón capitán de los ejércitos revolucionarios españoles, los colegios concertados habrían sido cerrados, los centros de innovación de empresas serían comedores sociales y Echenique sería director omnipotente de todos los periódicos de España.
Pero claro, luego resulta que la realidad se impone y abre los ojos a los que se empeñan en tenerlos cerrados. Y si se rasca un poco no se tarda en concluir que todos esos ‘salvapatrias’ de internet no son más que cuatro -o cuatrocientos, o cuatro mil, lo mismo da- ‘ilustrados’, con un perfil muy bajo, en su mayoría jovenzuelos faltones, maleducados, zafios en muchos casos, que jamás han destacado en nada y que se encuentran de pronto con un megáfono, su megáfono, en forma de ordenador. Y se lanzan al insulto con un odio y un rencor pasmoso . Insisto, no es cuestión exclusiva de Podemos. Los hay también en los otros ‘bandos’, con sus pulseritas y sus llaveros de España diciendo pamplinas, pero no les llegan a las suelas de los zapatos. En eso, los podemitas son los amos. En las urnas, justitos, pero en internet, arrasan.
Para acabar, sólo una cosa, un favor. Si está leyendo este artículo en la edición digital, no lo comparta mucho. Me van a llover los palos. Y a usted por compartirlo. No es que a mí me importe. De hecho casi siempre me ha hecho gracia. Pero la verdad, últimamente lo que dan es pereza.
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