El Apunte

Los plenos de Cádiz se van de las manos

La última sesión deja un espectáculo bochornoso por las amenazas que recibió el portavoz del PSOE

LA VOZ

Los plenos municipales que se celebran en el Ayuntamiento de Cádiz se han convertido en un espectáculo bochornoso. La situación vivida ayer resulta a todas luces lamentable e intolerable. El alcalde de la ciudad, José María González, debe cortar por lo sano y acabar cuánto antes con este circo, que exporta la peor imagen de Cádiz al resto de España. La presencia de vecinos, cada vez más numerosa en el Salón de Pleno, pone en riesgo la celebración de esta reunión mensual donde se debate el futuro de la ciudad. El regidor dio vía libre el pasado año a la asistencia de público a los plenos, pero esta medida se ha vuelto en su contra a tenor de los resultados. Lo que empezó como una medida popular en favor de la participación ciudadana ha terminado por ser un problema de orden público que se ha ido de las manos ante la inacción del propio alcalde, que se resiste al desalojo. Las primeras reacciones incontroladas del público surgieron a finales del año pasado cuando vecinos con problemas laborales y de vivienda empezaron a tomar la palabra al final de los plenos. Las promesas que hizo el alcalde a los gaditanos durante la campaña electoral sobre empleo y vivienda y anunciando el final de los desahucios han pasado factura. Muchos de esos vecinos se concentran ahora a las puertas de San Juan de Dios reclamando al alcalde que cumpla con ello.

El discurso populista es contraproducente, pero el caso más grave se produjo ayer cuando la oposición tumbó los presupuestos y el regidor dio por concluida la sesión plenaria. Después de una reunión plagada de interrupciones por los vecinos se produjo un altercado en el que se vio implicado el portavoz del PSOE, Fran González. Dos jóvenes que estaban en el Salón de Plenos le intimidaron tras votar en contra de los presupuestos con la frase: «vas a necesitar escolta». González reclamó al alcalde que levantara acta de lo sucedido, pero el regidor se escudó en que la sesión había concluido. Fran González acabó en la comisaría de Policía interponiendo una denuncia y reclamando la identificación de los dos alborotadores que habían proferido la amenaza. Uno de ellos pertenece al círculo de Podemos.

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