Opinión
Piratas del 21
Es una contradicción «in termini»: separatista catalán al mando de la nave Bilbao, jactándose de la españolidad de la operación «rescate»
Piratería o bandolerismo, prácticas ilegales tradicionalmente desarrolladas allende los mares o en los confines de las serranías. Edward Teach, también llamado Barbanegra, se inició en la piratería al término de la Guerra de Sucesión española (de ahí que a los independentistas catalanes se les arrogue ... su condición de piratas. Y España su botín). José María el Tempranillo fue el prototipo de bandido generoso andaluz que roba a los ricos para entregarlo a los pobres. Pero, los términos hasta ahora enunciados no son todos los que son. Draque circunnavegó el mundo en una sola expedición, tras Elcano, y participó en el ataque a Cádiz de 1587, cuando la derrota de la Armada Invencible. Fue considerado como un pirata por las autoridades españolas, mientras en Inglaterra lo valoraron como corsario y se le honró como héroe, siendo nombrado caballero por la reina Isabel I.
Todas estas acciones descritas fueron relevantes desde los siglos XVI a XIX. ¿Y hoy qué? La actualidad depara el análisis de las actividades desarrollada por el buque Bilbao y su armador Open Arms, capitaneado por un separatista catalán. La unión de todos ellos, representa la avanzadilla española en el extranjero. Peculiar forma de hacer patria en el ‘Mare Nostrum’. Es una contradicción «in termini»: separatista catalán al mando de la nave Bilbao, jactándose de la españolidad de la operación «rescate». Pero, vayamos con lo acontecido días atrás. Dos normas marítimas internacionales son de aplicación en las acciones desarrolladas por el buque Bilbao. El Convenio de Salvamento 1910/1989 y el Convenio Search and Rescue. En ambos, de forma indubitada se establece la obligación del capitán de cualquier embarcación, a prestar ayuda y socorro a los náufragos o personas en peligro que se encuentren en el mar. Se procederá a su rescate y serán dirigidas a un lugar o puerto seguro. Un primer análisis de las normas invocadas, llamadas por la tripulación del Bilbao «Ley del mar», no excluyen de tal consideración los propios puertos libios, ni tampoco por supuesto, los tunecinos. Dicho esto, hay que analizar el «que, como y cuando» acontece la situación que finaliza con un mal llamado «rescate marítimo», conforme a Derecho marítimo. Analicemos la secuencia. Más de 800.000 personas de todas las partes de África se encuentran en Libia. Sólo unos pocos son escogidos, previo cuantioso pago para el embarque, por las mafias de tratas humanas. Una vez completo el flete, los lanzan hacinados en lanchas neumáticas, sobre la base de saber que las ONG’s, van a acudir en su auxilio, una vez las neumáticas traspasan la zona de las 12 millas. Estos pobres inmigrantes, dignos de toda lástima, embarcados deliberadamente en las zodiacs, son colocados en situación de náufragos en potencia. Cuando esto acontece en los términos por ésta expuesta, el capitán de cualquier embarcación que se encuentre en las inmediaciones del naufragio, deberá acudir en su auxilio, poniendo rumbo al lugar. El Bilbao estaba allí, en espera de «flete». Una llamada de las mafias o de los propios «náufragos» y operación en marcha. Sí cobran o no de las mafias lo desconozco, pero que actúan como colaboradores necesarios, para el buen fin de la operación de transporte, iniciada por las mafias en tierras libias, es una evidencia que no admite prueba en contrario. Leía ayer que la feminista dogmática, por diferenciarla por mucho que le fastidie del feminismo liberal, la ínclita Leticia Dolera, directora de cine conocida por el despido de una embarazada, cuestionaba las palabras de Marcos de Quinto. Éste argumentó la condición de colaboradores necesario de las ONG,s, en las situaciones antes descritas. Pues bien, la que contraviene el derecho de las mujeres al trabajo, por el hecho del embarazo, con todo el desparpajo del mundo, manifiesta que el «cocacolo» (eso es cosecha mía), debería ser procesado por sus manifestaciones. Hay gente de toda condición en la viña del Señor: desvergonzados, con poca vergüenza, sin ninguna vergüenza... Analizo el encaje de la cineasta en el más apropiado, dada su verborrea y sus hechos.
Hemos hablado de piratas, cimarrones, bandoleros y corsarios. Queda hablar del que aspira a pirata, pero aún no lo es: «el que piratea». Solo que su campo de acción, no son los mares. Ahora en el siglo XXI son los llamados «contenidos». La ministra alemana de Familia Franziska Giffey ofrece su dimisión por sospecha de plagio en el doctorado. Ha pirateado contenidos. Nosotros tenemos al «doctor plagio», también conocido como «cum fraude». Este aspirante o aprendiz de pirata, porque piratea, no surca ningún mar, pero no hay cielo que se le resista. Le delata su afición al Falcón o al «Súper puma». La piratería del «21» no arrían velas, encienden los turborreactores. Otras veces cortan y pegan ayudados del PC, negro incluido. Aquí, sigue en funciones…Nada de pirata, Master.
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