Adolfo Vigo - OPINIÓN
Pellejasso
Como ocurre siempre con este tipo de personajes fanfarrones, el ‘sorpasso’ se ha quedado en un gran ‘pellejasso’
En estas últimas elecciones por parte de Podemos se ha puesto de moda el termino italiano ‘sorpasso’, que traducido significa adelantamiento. Pero más bien lo que han sufrido es lo que en Cádiz se denomina ‘pellejasso’.
El ‘pellejasso’ hace referencia al golpe que se lleva alguien cuando se cae. Vas por la calle te tropiezas y te caes y alguien dice «cuidao, el pellejasso que se ha pegado». Hasta ‘Los Borrachos’ del Selu hacían referencia a este término en su estribillo cuando cantaban aquello de «y con el morazo me dio un mareíto y en la reja del muelle yo me deje caer, me partí el careto, que ‘pellejaso’ pegué».
Pues bien, aunque ahora quiera Teresa Rodríguez desmarcarse de esa expresión, fue su presidente nacional, Pablo Iglesias, el que lo introdujo en la campaña electoral vendiendo la piel del oso antes de cazarlo, y pronosticando un adelantamiento al PSOE en escaños e, incluso, al Partido Popular.
Al final, como ocurre siempre con este tipo de personajes fanfarrones, el ‘sorpasso’ se ha quedado en un gran ‘pellejasso’, e incluso, ‘carajasso’.
La unión entre Podemos e Izquierda unida, que se pronosticaba como la gran esperanza de la izquierda española, como la unión de la auténtica izquierda de nuestro país, a la espera de pactar con el Partido Socialista, y que se nos vendía como el auge de una nueva forma de hacer política, que era lo que quería la mayoría de los españoles, al final se ha quedado en aguas de borrajas, en papel mojado, en «un quiero pero no puedo».
Al fin y al cabo, el resultado es que se han quedado con el mismo número de escaños que tenían en la anterior convocatoria pero con casi un millón y medio menos de votos, un millón y medio menos de españoles que no han depositado su confianza en el voto morado depositado en las urnas, y esto con independencia de que los mayores de nuestro país hayan votado al PP o al PSOE. Estos mayores, nuestros mayores, que a medio día eran convocados por algunos dirigentes morados a votar en ese día que pasaría a la historia de esta «nueva» España, y que horas más tardes eran culpados del amplio fracaso de esta formación pseudo-socialdemócrata.
La gran fiesta morada que muchos esperaban celebrar la noche del pasado domingo, se tornó en una dura noche de caras largas a medida que los resultados a nivel nacional se iban consolidando, e iban confirmando el aumento de votos, y por ende de escaños, para el partido liderado por Mariano Rajoy. La marea morada que iba a inundar a nuestro país se quedó en un retroceso de las aguas, dejando al descubierto las carencias democráticas de muchos simpatizantes de Podemos que no han sabido digerir los resultados finales. Seguidores de Pablo Iglesias que ahora que el pueblo no les ha dado su voto lo califica de paleto y analfabeto, cuando hace sólo seis meses era un pueblo sabio por votar en morado.
Esta gran coalición de izquierda, en definitiva, sigue ocupando el tercer puesto en el Congreso de los Diputados, por detrás del Partido Socialista, y eso que la formación liderada por Pedro Sánchez continúa en franca decadencia, habiendo obtenido en esta ocasión, nuevamente, su peor resultado de toda la historia socialista de nuestro país. Lo dicho, más que un ‘sorpasso’ lo que Iglesias, Rodríguez, Errejón y Echenique y otros compañeros mártires de la izquierda tuvieron el pasado domingo fue un auténtico ‘pellejasso’.