EL APUNTE
El peligro de morir de éxito
El Carnaval de Cádiz se enfrenta a una repercusión desconocida que tiene tantas ventajas como peligros
Ya estamos de fiesta. La nuestra, la primera del año y la mayor en esta pequeña parte del mundo. El Carnaval es la mayor celebración de la capital gaditana y llega este año sin pausa respecto a la etapa navideña, casi pegada. Los caprichos del calendario católico han propiciado en esta ocasión una celebración precoz, según arranca febrero, que da poco margen al desahogo previo a la Cuaresma. Habrá que esperar semanas para hacer un balance riguroso pero por el momento ya se pueden observar las primeras pistas del nuevo formato de fiesta que pretende la administración local.
La formación de las colas siempre es la primera escena. Desgraciadamente, por más cambios que se realizan, parece que resulta imposible desterrar esa imagen tan molesta (para algunos) de personas que son capaces de pasar noches en la calle –ensuciando, cocinando, cantando, durmiendo– por tal de conseguir una entrada. Ni el anterior Gobierno ni el nuevo, ni el creciente protagonismo de internet en la venta pueden con unos vicios que tienen más que ver con los hábitos y preferencias de un sector de población.
Después llega la invasión, primero del Concurso y luego de la calle. La repercusión de la fiesta gaditana ya tiene proporciones que empiezan a ser incómodas, como casi todo lo que provocala red. Da la sensación de que la esencia se enfrenta a una fiebre de celebridad y éxito que amenaza. Puede morir de crecimiento, como el gigante que protagoniza esa película de éxito: ‘Handía’. El diagnóstico resulta más o menos sencillo pero el tratamiento se antoja complejo. Que se reúnan los sabios.
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