Patricia Gallardo

¿Y el traje de piconera 'pa' cuándo?

Se perdió otra tradición muy importante: la de vestir de piconera o goyesca en nuestra fiesta grande

Patricia Gallardo

Este año el carnaval me está resultando raro, eso no de no pasar frío por la humedad que se te cuela en los huesos debajo del disfraz y que los disfraces “sexys” no necesiten leotardos color carne me está descolocando mucho. Con decir que fui ... el sábado de carnaval a cenar con unos amigos… ¡y encontré sitio para aparcar!, parecía más las noches de verano carnavalesco que la fiesta grande en sí. No obstante, he decir que me a mí el carnaval me iba pareciendo raro desde que quitaron a las Ninfas, una de las figuras representativas de la fiesta (que por cierto, para quién no lo sepa, fue una decisión de la democracia incluirlas en las fiestas, para que la representación femenina de la misma recayera en la mujer gaditana de a pie y no en figuras famosas con aires casposos del antiguo régimen).

Yo quise ser Ninfa, pero las circunstancias de la vida me lo impidieron, sin embargo conozco a muchas mujeres y niñas que lo fueron, y disfrutaron a tope de la experiencia. Tengo entendido, que tampoco quiero profundizar mucho en el tema, que fueron retiradas, según quién, porque lo que representaban había quedado obsoleto. Y así hubiera sido si las niñas y mujeres estuvieran participando cada menos. Pero no era el caso, no fue decisión de las candidatas, ni la falta de las mismas, las que retiraran tan emblemática representación. En cambio sí lo fue de alguno con potestad para hacerlo, contraviniendo la máxima del carnaval: La libertad. Es decir, la libertad de cómo quiero yo, o cualquier otra persona, participar de la fiesta. En mi caso, aunque soy muy extrovertida, no tengo habilidades de canto. Soy solista es decir: que cuando canto me quedo sola. Así que si quería participar de la fiesta de manera más oficial, saliendo en canales oficiales no me quedaba otra que subirme a la cabalgata. Y lo hice, y me lo pasé genial y fue súper divertido, pero también hipócrita, porque mientras quitaban las Ninfa ataviadas con disfraces espectaculares y nuestro precioso traje de piconera nada censurables, alguna carrozas llevaban a gogos con mini shorts y tops escuálidos, casi pezoneras (yo estaba en un término medio, si no doña Charo, es decir mi señora madre, me hubiera encerrado en el cuarto. Aparte de que yo siempre he sido muy friolera y mis disfraces “sexys” iban con leotardos color carne) Cosificando a mujeres y hombres, sí hombres también, que se contoneaban en la batea, ¡Vaya por Dios, qué escándalo! (Nótese la ironía en mis palabras). Que digo yo, que si quitaron a las Ninfas porque solo participaban mujeres, bien podrían haber abierto la candidatura a los “Ninfos” que también habrá muchachos que no canten y quieran estar ahí. A lo que me vengo a referir que todas las fiestas grandes han tenido a su reina de fiestas, ahí tenemos a las falleras, por ejemplo, o quítenle al carnaval canario a su reina, es como si les arrancasen un dedo, o “La fiesta de las Marías” de Venecia. Pero no solo se perdió la libertad de elegir ser Ninfa, sino que se perdió otra tradición muy importante: La de vestir de piconera o goyesca en nuestra fiesta grande, porque qué otra fiesta tenemos en la cual podamos ponernos nuestro traje tradicional. Soy consciente que nos lo podemos poner en carnavales si queremos, pero si no fomentamos su uso de “manera oficial” las tradiciones y la entidad de un pueblo (en este caso, muy noble, muy leal y muy heroico) con tanta solera, se pierden. Así pues, remedando a JLO “¿Y el traje de piconera “pa” cuándo?”

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