Antonio Ares Camerino - OPINIÓN
Parques y jardines
Si queremos ser una ciudad turística y acogedora debemos cuidar nuestros parques y jardines
Según el relato bíblico del Génesis el Jardín del Edén es el lugar donde Dios puso al hombre después de haberlo modelado a su imagen y semejanza usando un trozo de barro y le dió el soplo de vida. Hasta la mitología sumeria habla de un Jardín donde la tierra era pura y el agua cristalina, y no se conocía la muerte ni la enfermedad. Todo era paz y abundancia. Mucho más terrenal es el jardín de las Delicias, obra del pintor holandés Jheronimus Bosch (El Bosco), que representa desde el Paraíso Terrenal con Adán y Eva, pasando por la mundanidad de los vicios y pecados capitales, hasta el infierno más tenebroso.
Desde siempre los parques y jardines han sido diseñados como lugares donde el hombre crea una naturaleza a su medida corporal para el esparcimiento y el goce de los sentidos. Intentando una modulación del medio con artificios que le transporte a lugares lejanos.
Recientemente el portal de búsqueda de hoteles y viajes TripAdvisor ha realizado una encuesta entre sus millones de usuarios donde se plasman los lugares más visitados de las ciudades más turísticas del mundo. La sorpresa salta cuando se dejan de lado monumentos y museos emblemáticos y surgen en la cabeza de la lista Parqués y Jardines . Central Park en Nueva York, Hyde Park en Londres, Los Campos Elíseos y los Jardines de Luxemburgo en París, el Retiro en Madrid, la Fontana de Trevi en Roma, el Parque Güell en Barcelona.
Después de un día agotador de trasiegos museístico y monumentos de vértigo, lo que apetece al turista es la paz y la sombra de un parque, el murmullo de una fuente sin fin y el aroma de unas flores.
Desde hace un tiempo vemos en nuestra ciudad como nuestros Parques y Jardines sufren la dejadez municipal y el vandalismo de los gaditas desaprensivos. Algunos dicen que nuestra ciudad carece de zonas verdes, y nos mandan para esparcirnos a la playa. Si nos ponemos a relacionar nuestras zonas ajardinadas nos sale una lista nada despreciable. Pequeños y coquetos, plácidos y acogedores, intemporales y apacibles, así son nuestros Parques y Jardines. Candelaria, Alameda Apodaca, Paseo Carlos III, Plaza de Mina, Parque Genovés, Jardines de Varela, Jardines de las Puertas de Tierra, Plaza de España, Canalejas, Asdrúbal, Telegrafía sin Hilo, Jardines de Celestino Mutis. Todos con identidad propia y paisanaje singular.
Si queremos ser una ciudad turística y acogedora debemos cuidar nuestros parques y jardines , zonas de esparcimiento que agradecerán propios y foráneos.
¿Se acuerdan del famoso templete de la Plaza de Mina donde se daban conciertos los domingos por la mañana?. ¿Tienen en su mente el tiempo que marcaba el Reloj Floral de la Plaza de España ?. ¿Guardan en la retina la famosa Fuente de los Niños del insigne escultor valenciano Mariano Benlliure que se encontraba en el Parque Genovés?. ¿Recuerdan sus pavos reales con sus plumas tornasoladas y el murmullo de sus fuentes ostioneras?. ¿Saben dónde está la marquesina de hierro forjado y vidriera que adornaba la Plaza de las Tortugas?
Este verano Canalejas y la Plaza de España se han convertido en un camping a la luz de la luna «todo incluido». Las ruinas romanas de los Jardines de Varela son eso, pura ruina. El acueducto romano de Asdrúbal tuvo tiempos mejores. El Parque Celestino Mutis desmerece el nombre del insigne botánico del siglo XVIII.
¿Y qué me dicen de nuestras fuentes?.