Montiel de Arnáiz - OPINIÓN
Papel mojado
El parado de Delphi me mira y me dice que sí. «Debían habernos dejado de la mano de Dios...»
El parado de Delphi me mira y me dice que sí. «Debían habernos dejado de la mano de Dios, como una empresa cualquiera en problemas, pero había elecciones. Teníamos que aprovecharnos. Quién iba a sospechar que todo acabaría en injusticia y corrupción». Quizás el parado sea tubero o puede que no, que fuera un representante sindical: «Yo no me he prejubilado con cincuenta años, ¿eh? Pero porque no me han dado la oportunidad, lo reconozco». Es probable que se apuntara a esos cursos que se montaron para lucrarse unos pocos: «Ellos, no nosotros -dice-. Los mismos profesores daban cursos distintos, materias que no nos servían para nada, que no eran prácticas. En algunas sabíamos más que ellos, pero había que ir; ir y rezar».
No tiene buenas palabras para Manolo Chaves -«Nos engañó como a chinos»- ni para Fernando López Gil -«Nos ha utilizado, mucha fotito y mucho compromiso pero luego se daba a la fuga montado en un coche oficial, el chófer pisando a fondo. Yo creo que es de derechas, en verdad».
Le pregunto qué opina de la Escuela de Hostelería, de una situación que se alarga desde hace años y me responde: «Es más de lo mismo. La Junta no tiene huevos de decir que no es rentable y cerrarla, tiene miedo de despedir gente, de que en algún momento alguien se dé cuenta de que siempre ha sido la que han gobernado, que el paro es su responsabilidad. A mí que no me hablen de Rajoy». Le contesto, me opongo: algo tendrá que ver Mariano. Contesta que claro, pero no aquí. «El PP ha facilitado el despido abaratándolo, pero los que nos han sentenciado en verdad, verdad, son los que nos robaron con la excusa de formarnos para trabajar, los que firmaron convenios para expoliarnos, los que nos vendieron unos protocolos que son papel mojado, como dice el TSJA, los cobardes, los corruptos. La Junta y los sindicatos».
«A Cádiz sólo le queda la violencia», afirma, «la que sea», aclara. «Un encierro es violencia, un escrache es violencia, quemar un puente es violencia, violentar es violencia. No hablo de quemar puentes -ataja- sino de protestar. Sólo soy un ex Delphi, como tantos. Sólo queríamos trabajar».