El Apunte
Otro verano sin el pemán
El abandono del teatro al aire libre simboliza el terreno perdido en la programación estival
Faltan unas horas para que acabe el verano real, ese que muere con el regreso al trabajo de la mayoría, con la vuelta al colegio de los niños y jóvenes. Al meteorológico le quedarán aún tres semanas pero en la mente de casi todos, el periodo estival será ya un recuerdo cerrado, acabado. Es buen momento para balances en ciudades que por su climatología y su cultura, por su tradición, vuelcan buena parte de sus expectativas y actividades en esta época del año. En el caso de Cádiz, da la sensación de que la capital de la provincia tiene problemas para aguantar el ritmo que otros municipios cercanos han puesto a la hora de atrapar a los visitantes. Poco a poco, su programación de eventos va cambiando y parece que no está definida, ni cerrada. La Gran Regata resulta un valor seguro pero es un evento que se celebra cada cuatro años. Ha llegado el momento de explorar si puede hacerse una versión, proporcionada, cada año. Una que conecte a la ciudad con el mar y los veleros. Porque más allá de esa cita, queda algo parecido al aburrimiento. Es responsabilidad de todos. De los de antes y de los de ahora. De dirigentes y de vecinos. Las tradiciones gaditanas se han ido perdiendo con el paso del tiempo de la misma forma que el Levante, sobre todo este verano, barre la arena de la playa. Un repaso a los últimos 15 años de vida gaditana pone de manifiesto cómo la ciudad se ha empobrecido en materia de ocio. Las citas de Carnaval, algún festival y unas pinceladas de flamenco mantienen viva la llama veraniega. Se antoja corta la propuesta. Se fueron la Velada de los Ángeles y la programación del Teatro Pemán.
Precisamente este último proyecto parece resurgir ahora, tras casi una década de promesas, parones y retrasos. Su función, como la del resto de tradiciones o citas que caducaron, que se apagaron, con las barbacoas del Trofeo Carranza como máximo ejemplo, no tuvo relevo ni recambio.
Nadie se preocupó por adelantarse a lo que pasaría cuando no estuvieran, ni por rescatar un recinto similar que cubra el vacío de aquellas noches de fiesta, de sencilla gala, de incentivo para salir. Miles de gaditanos y veraneantes esperaban su programación. El escenario del parque Genovés era un referente del verano en Cádiz, capaz de aglutinar espectáculos para todos los gustos y edades. Alguien tiene que devolver al Pemán su esplendor para que brille en las noches de agosto como lo hacía.