OPINIÓN

Otra vez pendientes de arabia

Ahora es una crisis política interna la que se cruza en un encargo histórico

El contrato con Arabia Saudí para la construcción en los astilleros públicos españoles de cinco corbetas ha parecido a punto de confirmarse varias veces a lo largo del año que ya entra en su tramo final. En varias ocasiones se dio por hecho, se consideró que estaba más cerca que nunca de quedar asegurado, cerrado. El acuerdo entre Navantia y el Gobierno de Arabia Saudí fue uno de los resultados fundamentales de la visita oficial que Felipe VI hizo a ese país el pasado mes de enero. Se trataba de un pacto histórico para las plantas del sector naval español y, concretamente, para las gaditanas. Supondría, nada menos, la construcción de cinco corbetas para la Marina Real saudí. Especialmente, el astillero de San Fernando aguardaba con impaciencia la luz verde de Arabia, ya que la carga de trabajo podría quedar garantizada por lo que resta de década. Para ello es clave que España y Arabia cierren el contrato de la corbetas, cuya construcción se desarrollaría en el astillero de San Fernando, aunque también salpicaría a otras plantas, como la ferrolana.

El Gobierno saudí cuenta con un presupuesto de 92.000 millones de euros para modernizar su flota, bien a través del encargo de contrucción, bien a través de comprar destructores, fragatas y submarinos a medio y largo plazo. En la carrera internacional para satisfacer esa demanda están Francia, Alemania, España y Estados Unidos, entre otros.

Sin embargo, parecía que Navantia estaba mejor colocada y esa noticia estaba siempre a punto de confirmarse. No ha sucedido. Ahora se cruza una crisis política con pocos precedentes en Arabia Saudí, con decenas de altos responsables detenidos por una ruptura interna en un régimen poco transparente. El Gobierno de España asegura que aún confía en el pacto. Y habrá que creer. Pocos servicios mayores a la Bahía de Cádiz podría hacer.

La construcción de las cinco corbetas para Arabia en la Bahía sería un enorme balón de oxígeno para Navantia. Se trataría de una inversión de 2.000 millones de euros, es decir, el encargo más alto que ha recibido nunca la empresa española. Superaría a los contratos de Australia, Noruega y Venezuela. Quedarían garantizados cinco años de carga de trabajo y más de 2.000 empleos directos. El astillero de San Fernando está preparado para albergar la construcción de los barcos, de hecho los espera hace tiempo. Pero nunca llega la defintiva confirmación.

Otra vez pendientes de arabia

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