Otra amenaza para el atún y la pesca
Un informe del Ministerio de Sanidad avisa de los elevados niveles de mercurio en muchos tipos de pescado
El informe de recomendaciones hecho ayer por el Ministerio de Sanidad viene a ser un golpe en la línea de flotación de un sector esencial para la economía, y la cultura, de la provincia de Cádiz . Reducir el consejo de consumo ... de pescados como atún, pez espada o el humilde cazón (entre otros muchos) por sus niveles de mercurio supone la confirmación de que el ser humano está esquilmando y dañando el mar. Esa bandera, que ha cogido en toda España un chef del prestigio internacional de Ángel León, muestra ahora una parte oscura. El temor a un excesivo consumo (incluso se recomienda ni probarlo a colectivos como embarazadas o niños de muy corta edad) puede tener efectos directos en una época en la que la información alimenticia se ha convertido en una tendencia para un gran sector de población y en una obsesión para otro grupo minoritario. Este llamativo, casi alarmante, informe viene a recortar a cuatro raciones de pescado a la semana la ingesta ideal para un adulto. Para otros grupos de población, aún lo recorta más. Habrá que esperar a ver las consecuencias en las ventas pero no van a ser buenas. Ahora queda lejos, tanto como la primavera, ese ritual milenario convertido en imagen y orgullo de toda la provincia de Cádiz.
Las almadrabas se han convertido casi en un logotipo de toda la riqueza, la historia, la naturaleza y el placer que puede regalar esta tierra y este mar en orillas y en mesas, de día y de noche, durante buena parte del año a los gaditanos y a los visitantes. Es una de sus señas de identidad, asociada de forma íntima a un símbolo de su mar y su cocina, de su cultura: el atún rojo. Las legendarias almadrabas están ahora en reposo, queda medio año para volver a organizar la lucha, casi de igual a igual, entre el pez supremo y los pescadores metidos en el mar. Pero como todo tesoro –como cualquier riqueza– está rodeado de peligros. Son los que manchan la buena fama del mar y los peces, de los pescadores y las empresas, Antes han sido algunos estafadores dispuestos a mezclar el producto célebre y casi sagrado con cualquier mejunje químico –de zumo de remolacha a nitritos– que sirva para darle color rojo a un atún que no lo tiene. Ahora llega un estudio científico y con sello de oficialidad que confirma que esos peces llegan manchados, levemente, por la mano del hombre. Malos tiempos para el mar y para sus frutos.
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