EL APUNTE

Un otoño con carga de trabajo

El sector industrial de la Bahía de Cádiz aguanta el tipo gracias a los últimos contratos firmados

La carga de trabajo se mantiene en el polo industrial de la Bahía de Cádiz a la espera de que en los próximos meses alguna de las grandes empresas del sector anuncie un nuevo acuerdo. De momento, hay paz social, sin embargo, las llamadas de atención en el sector naval no cesan. Así, los responsables sindicales del astillero de PuertoReal llevan meses reclamando la firma de nuevos contratos que garanticen una mayor estabilidad laboral en la factoría. No hay que olvidar que Navantia se encuentra en estos momentos negociando su plan industrial con los agentes sociales y todo apunta a que el texto, que incluye, entre otros asuntos, un convenio único para los astilleros públicos, verá la luz definitivamente antes de final de año. Así, la planta puertorrealeña, a tenor de los últimos acuerdos suscritos, es la que puede presentar ahora más problemas de futuro, ya que el encargo de los cuatro petroleros Suezmax para el grupo Ibaizábal culmina la próxima primavera. Mientras que la planta de Cádiz mantiene un goteo constante de buques y cruceros para reparación y la de San Fernando se prepara para la obra de las cinco corbetas saudíes, el astillero de PuertoReal empieza a ver las orejas al lobo al no contar con una nueva carga que permita garantizar el trabajo más allá de la obra de los petroleros. El nuevo Gobierno tiene la llave, en caso de que logre el consenso para aprobar los presupuestos de 2019, para adjudicar a Navantia los nuevos buques que demanda la Armada española.De momento, la posibilidad de un nuevo contrato es una incógnita. Mientras que Navantia trata de buscar una salida a la carga de trabajo que demanda Puerto Real, la compañía de Dragados Offshore navega con viento a favor gracias a los contratos suscritos tanto a finales de 2017 como el acuerdo alcanzado en febrero de 2018. Precisamente, la factoría ya se encuentra inmersa en un nuevo ciclo de trabajo con la obra de Maersk, que consiste en la construcción de dos estructuras tipo ‘jacket’ para el complejo de gas que la compañía danesa promueve en el Mar del Norte. El proyecto se encuentra en estos momentos en su fase inicial con 400 trabajadores en el tajo, pero este contingente se multiplicará por dos una vez que la obra alcance la fase de montaje.

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