El orador de la izquierda radical

Al alcalde de Cádiz sólo le faltó ayer sacar el megáfono en la sala del Ayuntamiento donde había convocado a la prensa para hablar de una campaña para fomentar la concienciación ciudadana para la recogida de cacas de perro. Un problema cada día más acuciante en la capital, por cierto. Pero heces al margen, el alcalde gaditano tiró de manual de la izquierda radical anticapitalista de la que procede -y a la vista está en la que sigue militando de forma cada día más activa- para despacharse sobre los más diversos temas de política nacional e internacional. Comenzó enzarzándose con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, a cuenta de sus palabras tras la visita de Fabián Picardo al Ayuntamiento. Continuó con la crisis de los refugiados y para poner la guinda al pastel, mostró su apoyo a la Plataforma de la Querella Argentina contra los crímenes del franquismo.

Cada día que pasa queda más claro que la capital gaditana no tiene un alcalde, tiene un activista venido arriba. José María González Santos tiene muchísimo más de orador político que de gestor. Es capaz de teorizar sobre los más diversos temas -de los cuales la mayoría escapan a sus competencias- que de empezar a poner remedio a los problemas de la ciudad. Los reales y los que él mismo se inventa, como el hambre desoladora o los desahucios diarios.

Pero a la hora de gestionar, poco o nada aporta. Ayer, a la misma hora a la que convocó a los medios de comunicación para dar sus lecciones de moralina, estaba previsto un pleno para debatir los presupuestos. Pero 24 horas antes lo anuló, ya que aún no están cerrados. Esta misma semana ha dejado escapar la posibilidad de conseguir ayudas europeas por valor de cinco millones de euros ya que no ha presentado ningún proyecto.

El tiempo pasa, ya hace casi un año que cambió el cuadro del Rey por el de Fermín Salvochea. Y la ciudad da pasos de gigante. Hacia atrás