El apunte
Opositores a la grandeza
La Constitución que ayer cumplió 40 años garantiza que los que no la quieren tengan el sagrado derecho de decirlo
El alcalde de Cádiz, José María González, supo estar ayer a la altura de su cargo en la conmemoración del XL Aniversario de la Constitución de 1978, presidiendo los actos con respeto. Al menos en la forma, que ya es bastante, conocidos los antecedentes antiguos ... y recientes. La formación en la que milita, eso sí, expresó ayer de nuevo su disconformidad con el texto que rige el sistema democrático español y que nos permite vivir en libertad. Siempre que se haga con respeto y sin alentar a la incontrolable movilización callejera, es absolutamente legítimo. Es una opción más de la libertad que permite ese texto, la que –precisamente– permite criticarlo. Así pudo disfrutar de este día José María González Santos en la conmemoración de la promulgación de la Constitución Española del 78. Son muchos los vecinos del alcalde que sienten un enorme respeto por la Constitución, un texto que ha dotado de estabilidad a la nación por encima de los cambios políticos y sociales.
Por tanto, al igual que cabe agradecer al alcalde de Cádiz que cumpliera con las formas, cabe lamentar que otros muchos miembros de su formación política no estuvieran a la altura en Madrid. Resulta cuanto menos significativo que el día en que los políticos reconocen que la autoridad máxima del país, junto con el Parlamento, es la Constitución, los dirigentes nacionales de Podemos se dediquen a tener gestos de desconsideración con la bandera, la Carta Magna y, sobre todo, el actual jefe del Estado y su predecesor. Tanto el Partido Popular como el PSOE y Ciudadanos supieron estar a la altura en los actos conmemorativos. Tanto en los de escala nacional como en los de ámbito regional y provincial.
Lo que parecen dejar de lado algunos dirigentes estatales de Podemos y de Ganemos es que el texto de la Constitución que ellos quieren reformar establece, como uno de los principios fundamentales, que cualquiera pueda manifestar libremente lo que piense sin temor a represalias. Aunque esas manifestaciones sean para desmerecer a la Constitución en el día de su aniversario. Forma parte de la grandeza de este sistema: no estar de acuerdo con lo que dicen algunos pero hacer todo lo posible para que conserven su derecho a decirlo.