El Apunte

Los ojos en Cataluña

Con una gaditana como protagonista, la mayor crisis política española en 40 años vive un día crucial

La Voz de Cádiz

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Cádiz también mira a Cataluña. Con la ilustrativa anécdota de que una gaditana parta con opciones de presidir la Generalitat que ha puesto en jaque a la democracia española como ninguna otra crisis en los últimos 40 años. Esta noche llega el momento de responder las miles de preguntas que se hacen, también, los gaditanos desde aquí y los miles de gaditanos que trabajan en Cataluña. Las consecuencias de la catarata de ilegalidades puesta en marcha por el grupo formado por los partidos secesionistas pueden obtener algún tipo de aclaración esta noche. Todos buscan y esperan algún tipo de claridad en el fondo del abismo político y la incertidumbre social y económica que se abrió el 1 de octubre en una de las comunidades con mayores niveles de autonomía y riqueza en España y Europa. La fractura social que ha provocado el procès parece insalvable a corto plazo. El encono de distintos sectores, los reproches y los prejuicios han calado tan hondo que resulta pueril confiar en que desaparezcan en muchos años. Pero, al menos, puede aparecer la certeza de que los partidarios de hacer camino con España son muchos, demasiados como para marginarlos con dogmas autoritarios propios de otras épocas, siglos atrás.

El movimiento secesionista ha logrado con su estrategia provocar la confrontación con España, agrandar la división entre la sociedad civil catalana y exportar con sus acciones fuera de la ley una imagen de represión en España que no existe. Los gaditanos que trabajan en Cataluña reconocen que las costuras de una frágil convivencia que, hasta ahora, era llevadera, han saltado por los aires. Hoy es un día para recuperar las esperanzas perdidas, casi todas, en una reconciliación necesaria, imprescindible en un mundo interconectado que parecía superar todos los complejos que arrastran los nacionalismos. Las diferencias de opinión entre unos y otros son ahora extrapoladas a un extremo difícil de conciliar pero cuando hayan hablado las urnas, al menos será posible entender qué peso tienen cada uno de los bloques, a la espera de que sean capaces de retomar un diálogo ahora viciado para llegar a un entendimiento futuro. No se sabe qué derroteros tomará la situación a partir de este jueves prenavideño, primer día de invierno tras el otoño más complicado de la política española en muchas generaciones.

Ojalá sea el final de la etapa de intransigencia para pasar a la de reconstrucción de puentes. La sociedad catalana, la española, los andaluces en Cataluña, no merecen este tormento.

Los ojos en Cataluña

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