Ignacio Moreno

Obama no, Harrison Ford

Es inevitable acordarse de ‘Bienvenido Mr Marshall’, tan vigente hoy como en 1953

Una visita del presidente de los EEUU tiene siempre para quien le toca recibirlo un punto de ultraje. No diría de indignidad, pero sí es inevitable un cierto sentimiento de inferioridad. Nos guste o no, todo se reviste de un halo un poco cateto. Imagino que no es un sentimiento exclusivo de los españoles, sino que ocurrirá allá donde vaya. En teoría no existe una persona más poderosa sobre la faz de la tierra, por lo que todo aquel que tiene que agasajarlo lo hace con una genuflexión más forzada de lo habitual. Es inevitable acordarse de ‘Bienvenido Mr Marshall’, tan vigente hoy como en 1953. Todos los políticos se pelean por estar en esa foto, más aún si el presidente de turno es alguien tan fotogénico como Barack Obama. Hasta Susana Díaz, nuestra Susana Díaz, la luz que guía los pasos de todos los andaluces y quizá un día de los españoles -Dios nos coja ‘confesaos’-, se ‘mosqueó’ porque Soraya Sáenz de Santamaría tenía pensado haber bajado a Sevilla, dejándola en la segunda posición del ránking protocolario. Imagínense cómo estará ahora que Mr President ha dejado a todos los sevillanos con un palmo de narices. Quien más quien menos, se ha ofendido. El problema es que no lo pueden decir en voz alta, ya que el motivo del plantón está más que justificado. Pero ese resquemor queda ahí, porque no se van a ver en otra y poder presumir de haber recibido a Obama no es cuestión baladí. Ya digo, todo por ese universal complejillo de inferioridad que embarga a todo aquel que le recibe. Nosotros, como ni siquiera pisará suelo gaditano, pues la verdad es que estamos un poco al margen de toda la parafernalia. Vendrá a la Base de Rota un par de horas y vuelta a Washington. Pese a ello, ya hay quien quiere convencernos de que supondrá un espaldarazo para el turismo local y bla bla bla.

El turismo local, provincial, lo que tiene que hacer es ponerse las pilas y trabajar todos de la mano, para situar de verdad a Cádiz en el mapa de destinos atractivos. Ya sabemos lo de nuestras magníficas playas, pero hace falta algo más. Mucho más. Y tenemos un ejemplo recentísimo que además viene al pelo. Otro norteamericano de pro, Harrison Ford, se ha dado un garbeo turístico por el sur de España de padre y muy señor mío hace apenas unos días. Con su señora, la también actriz Calista Flockhart, ha recorrido Córdoba, Granada y Sevilla. Y ni por asomo se le ha ocurrido bajar hasta Cádiz. ¿Por qué? Pues podemos interpretarlo como queramos. Quizá porque el viejo Indiana Jones y su Ally McBeal no tienen ni idea de dónde está lo bueno y allá ellos si no quieren conocer La Caleta, el Falla y el Pópulo. O puede que no estemos haciendo bien nuestro trabajo. Cádiz tiene historia y monumentos para siete viajes. Largos. Pero es obvio que no lo ‘vendemos’ adecuadamente. En nosotros está seguir mirándonos el ombligo o ponernos a trabajar. La visita importante era la de Harrison, no la de Obama.

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