OPINIÓN
Números de junio en noviembre
El sector turístico empieza a ganarle la batalla a la estacionalidad
Hace muchos lustros que el turismo y sus empresas auxiliares forman el sector económico más robusto de la dañada economía provincial. Ningún otro (si se suman hoteles, hostelería, transportes y suministros) mueve más dinero, más productos y más empleo en una zona con graves problemas de paro estructural. La población, especialmente la denominada «activa», hace tiempo que lo sabe. Nadie va a sorprenderse de esa situación. Tiene ya tiempo y trayectoria. Tanta, que los gaditanos conocemos los beneficios y los inconvenientes de vivir pendientes del turismo. El mayor de sus defectos es la estacionalidad, la temporalidad.
Esa característica ha marcado siempre las estadísticas de empleo y, por extensión, los ingresos en miles de familias. Las instituciones y las empresas, los expertos y los profesionales, llevan años hablando de la necesidad de «romper la estacionalidad». Esa expresión, traducida, significa que la provincia y su sector turístico necesitan que vengan todo el año, que no se concentren sólo en los dos meses principales del verano, quizás en alguna semana festiva de primavera o invierno. Para que los contratos sean más, para que la riqueza a repartir sea estable, es preciso que los niveles de estancias y visitas mantengan cierta regularidad, al menos durante ocho de los doce meses. Después de mucho desearlo, por primera vez en este otoño hay serios indicios de que empieza a suceder. Nunca, hasta ahora, los hoteles de la gran línea Sancti Petri-Conil habían registrado un 90% de ocupación en un mes de noviembre.
Es verdad que no todos siguen abiertos, aunque son cada vez más, y que el clima es inusual (por desgracia en otros aspectos) pero aún así, las cifras son de récord y modifican una tendencia. A esta robusta locomotora del sol y la playa casi al borde del invierno, hay que sumar otras. El turismo rural es una realidad cada vez más estable. Los cruceros llegan con un ritmo nunca conocido a la capital gaditana y los pequeños desplazamientos familiares son cada vez más comunes. Es un turismo regional o nacional atraído por pequeños detalles como el casco antiguo de Vejer, Arcos, Jerez, Sanlúcar o Cádiz, por el nuevo puente sobre la Bahía o por eventos culturales y gastronómicos que a veces no parecen demasiado llamativos. Si se combinan estos factores, y se mantienen, aparece el prodigio de que se den números de junio en pleno noviembre.