Nuevo Carnaval, viejos errores
La politización del Concurso y su retransmisión no evitan que se repitan las mismas taras un año tras otro
Por más años que pasan, los errores parecen aferrarse al Carnaval de Cádiz . Ni siquiera el hecho de que este equipo de Gobierno lo haya convertido en su bandera y su tótem, incluso en un gran nicho de votantes, permite que las taras ... que se arrastran hace años tengan solución.
Tampoco la evidente politización de su organización –materializada en la bochornosa pugna con el Jurado Oficial que preside Manolo Camacho– permite aligerar los defectos que se reiteran un invierno tras otro. Habrá tiempo de valorar la primera edición del segundo mandato de José María González Santos, ya con una holgada mayoría en el Pleno de San Juan de Dios. Nada frena ya los dictados de un hombre que –en este caso concreto conviene recordarlo– proviene del mundo de la comparsa y del Falla, del Carnaval más organizado, semiprofesional.
A falta de un análisis más sosegado a partir del –aún lejano– mes de marzo, parece que la politización y el sectarismo, la revancha injustificada, se han instalado en las asociaciones, los comités y los patronatos. Los caprichosos cambios en el certamen a la hora de vender entradas, de negociar los derechos de retransmisión televisiva o modificar el formato de la Final parecen tener únicamente la intención de cambiar por cambiar, por desprecio a todo lo anterior, pero no erradican los verdaderos problemas, como la búsqueda de una mejor difusión, la mejora del espectáculo o evitar la formación de colas.
Habrá que ver si funciona el pregón de un amigo personal del alcalde y artista querido en Cádiz, también originario de la misma comparsa. La programación en la calle no tendrá modificaciones y, por desgracia, parece no tener tampoco remedio. Nadie se atreve. La nueva concejala de Fiestas se anuncia como posible sucesora del alcalde en las elecciones de 2023 y su exposición pública es permanente.
El homenaje a Santander y Aragón cubrirá de lágrimas y emoción todo el Concurso. Más allá de las coplas, la limpieza volverá a estar en cuestión a falta de que se renueve la concesión por fin y el tráfico no mejorará hasta que la avenida de Huelva no tenga el tramo que le falta hasta Juan Carlos I-Varela.
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