EL APUNTE

Nueva oportunidad para los astilleros

El desembarco de Iberdrola en EE UU para la puesta en marcha de parques eólico-marinos abre la puerta a Navantia a futuros contratos offshore

Navantia tiene una nueva oportunidad para seguir como referente internacional del negocio offshore. El desembarco de Iberdrola en Estados Unidos para la puesta en marcha de parques eólico-marinos abre la puerta a los astilleros públicos españoles para seguir suministrando infraestructura a la eléctrica española ... para este tipo de proyectos de renovables. No olvidemos que fue Iberdrola, precisamente, la empresa que en 2014 fichó a Navantia como proveedora. Los astilleros españoles han construido en estos cinco ultimos años jackets y subestaciones eléctricas para los aparques eólicos que ha desarrollado Iberdrola en aguas alemanas del Báltico, caso del complejo Wikinger, o en el Mar del Norte, caso del complejo East Anglia One. La relación entre Navantia y Iberdrola no ha terminado aún en Europa ya que la constructora naval se encarga ahora también de la construcción de las plataformas para el complejo eólico que Iberdrola desarrolla en la bretaña francesa, en Saint Brieuc.

Renovarse o morir. Navantia tuvo que diversificar su negocio para poder sobrevivir ante la caída de la construcción naval. Prepararse para este nuevo mercado le llevó a Navantia, sin embargo, dos años. Todo empezó en 2010, cuando la compañía comenzó a percibir «una actividad muy importante en la eólica marina en Europa». Dieron los primeros pasos para explorar ese sector, sin saber entonces qué productos tendrían más posibilidades. La compañía tomó la decisión oficial en 2011 y comenzó a realizar proyectos de I+D+i, como la fabricación de prototipos, estudios de robotización y automatización de procesos. Las primeras ofertas se lanzaron en 2012. Lo hicieron con un socio, Windar Renovables, una firma asturiana del grupo Daniel Alonso (dedicada a la fabricación de torres eólicas), poseedora de tecnologías y productos complementarios a los de Navantia. La gran oportunidad vino de la mano de Iberdrola, que le adjudicó el primer contrato en 2014 para la construcción de 29 jackets (cimentaciones) en su parque eólico del Báltico, el Wikinger, en la costa alemana. Llegarían después otras asignaciones. La más importante, también de Iberdrola, en noviembre: la construcción de 42 pilotes y una subestación eléctrica en el mar para su parque de East Anglia.

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