Una nueva ilusión

Cuando lean este artículo, posiblemente la que les escribe continúe con los ojos hinchados por apenas descansar en esta madrugada intensa de sueños, anhelos, recuerdos y emociones. Puede que, cuando lean este artículo, ésta que les escribe vaya con su hijo camino a su cita anual con la misa de palmas y ramos. Es probable, que cuando lean este artículo, ésta que les escribe esté decidiendo con su pequeño cofrade de cuatro años qué haremos primero, si ir a su Colegio para ver salir al Señor que lo protege día tras día, o si ir a San José para disfrutar de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén a lomos de un borriquillo entre campanas de Gloria.

Hoy es un día de rituales y tradiciones. Amanecer de nervios, de correr hacia la ventana de la habitación para subir la persiana, mirar al cielo y respirar aliviados o preocupados, porque en Cádiz nunca se sabe. Jornada de carreras, de querer estar en distintos puntos y en todos a la vez, de querer impregnar nuestra memoria de momentos que todos los años son parecidos, pero nunca son iguales.

Domingo de Ramos de nervios a flor de piel, de vísperas para mí y mi familia por la llegada inminente del Lunes Santo y la salida de nuestros Titulares desde el Carmen. Esta noche cuando lleguemos a casa se volverán a mezclar el cansancio con la ilusión por las emociones que nos quedan por vivir en cuestión de unas horas. Y es que, el pregón más bello que puede existir para una madre, o un padre cofrade, es ver nuestra túnica junto a la de nuestro hijo y leer la ilusión en los ojos de un pequeño cofrade.

Hoy se abre un nuevo capítulo en la historia de todos los que sentimos esta tradición durante todo el año. Disfruten la semana, exprímanla al máximo, piérdanse por las calles de esta ciudad trimilenaria que tantos bellos rincones esconde. Sumérjanse en este mar de sensaciones que inunda los sentidos y nos atrapa en un laberinto de senderos que nos llevan a tocar el cielo con las manos. En un abrir y cerrar de ojos todo habrá pasado. Cuando nos queramos dar cuenta volveremos a poner el contador a cero y a deshojar el calendario.

Aprovecho estos renglones para desear una feliz semana a mis compañeros de la prensa morada. Esas personas que aman esta fiesta y que la viven intensamente de otra manera, con apenas tiempo para paladearla porque el tiempo se les echa encima y lo primero es la obligación y luego la devoción. Gracias a todos ellos por mantenernos conectados con el maravilloso mundo de las cofradías durante todo el año, y más, si cabe, en una semana tan especial como ésta. Un trabajo especialmente duro cuando la climatología hace de las suyas. Señoras, señores, salgan a la calle y disfruten de lo que nos espera.