EL APUNTE

No tienen hogar y tampoco alcalde

Los que reclaman ayudas para los ‘sintecho’ encuentran silencio y represión después de tantas promesas vacías

Enseres de un indigente en la capital. F.J.
La Voz de Cádiz

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El mayor inconveniente de las teorías, convertidas en fábulas para conveniencia de sus pregoneros, es que acaban por toparse con la realidad. Cuando se abordan problemas de verdad, las buenas (o disfrazadas) intenciones acaban por toparse con seres humanos con una diversidad inmensa, con situaciones ... dispares, impredecibles, complejísimas. El caso de los que no tienen techo, de los que viven en la calle –agrupados por otro de esos horribles neologismos, en este caso ‘sinhogarismo’– es paradigmático. Por más que se les haya prometido a ellos o al resto de ciudadanos (algunos muy solidarios y comprometidos) resulta que su situación no era tan sencilla de solventar como parecía en un mitin, en una soflama de internet. Resulta, al cabo, cuando llega la hora, que son personas con nombres que tienen una vida detrás, llena de temores y condicionantes, como la de todos. Bien lo saben las asociaciones que les ayudan sin aspavientos, con su esfuerzo silencioso. Ese trabajo, como el de muchos funcionarios de instituciones públicas, resulta tan necesario como insuficiente para evitar que decenas de personas duerman en las calles. Este verano, sin ir más atrás, la capital gaditana ha registrado un alarmante incremento del número de indigentes que han llegado a crear auténticos campamentos en varias zonas de la ciudad, algunas de ellas nunca habían registrado este fenómeno como el segundo puente. Entre ellas también están algunos emplazamientos turísticos muy transitados o visitados. Los vecinos de Cádiz ya conocen el listado. Va de las bóvedas de Santa Elena al Balneario de La Palma, de la plaza de España a Canalejas o Capuchinos. Todos van a peor, cada vez con más ocupantes. El Ayuntamiento de Cádiz asegura que trabaja en este fenómeno. Con cada muerte de alguien en la calle, repite que lo lamenta, que hace lo que puede, que prepara dispositivos e instalaciones pero que el problema «es complejo».

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