No pasa nada
Nuestro presidente nos ha dado en este tiempo, efectivamente, una lección de resistencia. «Ladran, luego cabalgamos» debe resonar en su cabeza permanentemente. Así seguirá siendo lo que dure esta esperpéntica legislatura.
Lo consiguió. Después de varios meses desde que decidiera convocar elecciones, Sánchez ya tiene su nuevo gobierno.
Tras la pasada semana todos estamos saturados de información relativa a la configuración del ejecutivo y a todo lo que aconteció en el hemiciclo. Sin embargo, ... a pesar del tiempo que los medios de comunicación dedican al tema, hay una cuestión en la que pocos han incidido: la supervivencia de Pedro Sánchez a cada uno de los temas que han parecido ponerle en jaque de cara a la opinión pública.
A los pocos días de la moción de la moción de censura, Sánchez tuvo que afrontar la primera crisis. Su Ministro de Cultura dimitía a causa del listón ético que el propio presidente había marcado. Un par de meses después, dimitió el segundo miembro de su gobierno: la Ministra de Sanidad. Sería la última vez que nuestro presidente dejaría caer a alguien. A partir de ahí, todas las noticias negativas que han afectado a su círculo de socios o ministros, además de al propio Sánchez, han tenido el mismo desenlace: la nada.
Da igual que una ministra – ayer elegida Fiscal General del Estado -, en una cena con compañías poco aconsejables, se jacte de métodos policiales y judiciales nada éticos y, entre risas, los califique de «éxito asegurado». No pasa nada.
No importa que hasta cinco miembros de tu Consejo de Ministros tengan sobre ellos la sombra de la sospecha en asuntos relacionados con la gestión de su patrimonio. No pasa nada. Ni que decir tiene, que nadie ha vuelto hablar del tema de la tesis del Presidente «Cum Laude». Tampoco pasa nada.
No pasa nada cuando sobre tu partido recae la sentencia del mayor caso de corrupción de la historia de España y los escándalos de etapas anteriores se suceden en la tierra que ha sido tu bastión electoral. Sigues dando lecciones de ética a los demás, a pesar de los ERE de Andalucía - gobierno en el que, como consejeras, estaban dos de tus ministras más afines - y nadie dice nada.
Además, tampoco tiene ningún tipo de consecuencia que los principales socios de tu gobierno estén envueltos en todo tipo de presuntos escándalos – presuntos sobresueldos, citaciones para declarar por parte de la fiscalía boliviana, denuncias de escoltas por incumplimiento de condiciones laborales... -. No pasa nada.
Por supuesto, no importa que donde hayas dicho digo, al día siguiente digas Diego. No importa que pactes con quien te quita el sueño, porque su modelo es Cuba y Venezuela y con quien decías que pretende romper España. Seguirás atrincherado en Moncloa y no permitirás preguntas en las ruedas de prensa. Sin embargo multitud de medios de comunicación defenderán todas tus acciones. No pasa nada.
Nuestro presidente, nos ha dado en este tiempo, efectivamente, una lección de resistencia. «Ladran, luego cabalgamos» debe resonar en su cabeza permanentemente. Así seguirá siendo lo que dure esta esperpéntica legislatura.
No sabemos cómo acabará este proceso iniciado hace algún tiempo. No obstante, algunos, a pesar de las señales y de los hechos, seguirán diciendo: «no pasa nada».
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