Nico Montero

¡Tokio no, Torrevieja!

Un jubilado de Albacete, que logro recorrer 50 metros y plantar la sombrilla en escasos 25 segundos

Nico Montero

A falta de unos días para que comiencen las postergadas Olimpiadas de Tokio 2020, la televisión nos regala las imágenes de los veraneantes de Torrevieja corriendo despavoridos a la caza y captura de una cuadrícula de arena playera, para poder disfrutar de los baños ante ... el justiciero sol del verano. Como si de una disciplina olímpica se tratara, los turistas, curtidos en mil batallas y con una infranqueable determinación, calientan sus músculos y hacen los correspondientes estiramientos a la madrugadora hora de las seis de la mañana. Según se va acercando el momento de la verdad, la expectación aumenta, el nerviosismo crece, la adrenalina se dispara, y los corredores toman posiciones, pertrechados con sillas, sombrillas, neveras, flotadores y toallas.

Las familias de los participantes, asomadas a los balcones, convertidos en improvisados palcos Vip con privilegiadas vistas al mar, alientan a sus representantes y dan voces con las últimas instrucciones y consejos sobre cómo afrontar la carrera, y los diferentes obstáculos a superar con pericia y audacia. Las autoridades, jueces de la disciplina deportiva, velan para que el desarrollo de la prueba sea óptimo y en condiciones de igualdad. Cuando se abre la veda, los intrépidos veraneantes corren como si no hubiera un mañana, articulando zancadas imposibles sobre las arenas movedizas que frenan y dificultan la progresión. Algunos caen estrepitosamente al suelo con todos los bártulos, otros chocan bruscamente entre sí, muchos se rinden y detienen la marcha extenuados. Solo unos pocos afortunados logran clavar la sombrilla en la cuadrícula perfecta, la más cercana a la orilla, obteniendo el merecido oro y el aplauso de su gente, que desde los balcones vitorea y celebra la ansiada victoria sobre las tierras del mar y la sal.

El Récord pre-olímpico lo ostenta, desde inicios de julio, un jubilado de Albacete, que logro recorrer 50 metros y plantar la sombrilla en escasos 25 segundos. Su fama es notoria en Torrevieja y no para de hacerse selfies con los bañistas y turistas que lo han encumbrado al Olimpo de esta disciplina tan genuina. A todas luces, Torrevieja se ha adelantado a Tokio con una propuesta deportiva innovadora y con una gran proyección. No sería extraño que el “playing con obstáculos” (nombre provisional hasta que encontremos uno mejor y con más tirón) fuera reconocido como disciplina olímpica en alguna ocasión. Deportes más raros se ven de vez en cuando, cómo el Curling, esa especie de petanca, en el que lanzan una piedra de granito sobre un una pista de hielo y hay que frenarla sin tocarla con unos cepillos de fricción para ubicarla en el centro de una diana dibujada en el suelo. Los canadienses, que deben estar muy aburridos, son líderes mundiales en esta disciplina... Normal, en Canadá no hay playas como las de Torrevieja.

Mucho están tardando las televisiones en retransmitir en directo el evento. Deberían hacer como con las Fiestas de San Fermín: A primera hora de la mañana, conexiones con entrevistas a los participantes, detalles del recorrido, testimonios… y después, la carrera en riguroso directo con un generoso despliegue de cámaras para no perder detalle. Sería un éxito de audiencia sin lugar a dudas. Pero como me temo que esto no va a ser así, siempre nos quedará Tokio, que no es lo mismo, pero servirá para matar el gusanillo del espíritu olímpico que todos llevamos dentro. Para terminar esta parrafada. Digo yo: Todo el año viviendo con estrés, haciendo frente a la ruleta rusa de la cruda realidad, atenazados además por una Pandemia que nos ha ocasionado tanta angustia y desasosiego, para ahora, en el merecido descanso estival, tener que vivir un frenético sin vivir cada mañana, para poder pillar un trozo de tierra en la playa. Es de locos. Descansen, por favor.

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