Nico Montero

El mundo no puede mirar hacia otro lado

Aunque los líderes talibanes han aparecido en televisión con aire bondadoso, con sus barbas de sabios ancianos, lo que se avecina es terrorífico, especialmente para las mujeres y las niñas

Nico Montero

Talibán, una palabra dotada de musicalidad que hasta podría ser el nombre de un grupo de canciones infantiles, de esos que hacen las delicias de los peques con canciones ñoñas y reiterativas. Nada más lejos de la realidad. Qué pena que el metalenguaje de este ... término esté henchido de la maldad más cruel y lesiva capaz de ser cometida por un hombre. Mientras todos los ojos, algunos con vergonzosas lágrimas, estaban contemplando la partida de Messi a su particular Olimpo en París, las noticias nos daban un baño de realidad y nos recordaban que la vida no es un partido de fútbol entre jóvenes millonarios, idolatrados hasta por los más reaccionarios fundamentalistas islámicos. Las escenas de los talibanes entrando en Kabul, y de los afganos corriendo por las pistas aferrándose desesperadamente a los aviones en marcha, significaron la materialización de un desastre anunciado desde el momento en que occidente decidió desentenderse de un puzle geopolítico difícil de resolver.

El escenario arroja cinismo. Occidente habla de error de cálculo y de falta de previsión. Biden se lava las manos argumentando que no podían defender lo que ni las fuerzas afganas defendieron. Pero ¿Dónde estaba ese ejercito armado y entrenado que prometieron en su día? Tampoco necesitaron los talibanes mucho despliegue. Con sus viejos Kalashnikov fueron avanzando, capital tras capital, consolidando una victoria sin resistencia. La única respuesta a los talibanes no la protagonizaron unos atemorizados soldados afganos, sin recursos ni logística, sino un grupo de mujeres valientes, que con pancartas y a cara descubierta, se enfrentaron a los fundamentalistas reclamando el respeto a su dignidad, e inspirando manifestaciones en varias ciudades, que tuvieron represalias y muertos en las calles.

Rusia, China y Pakistán reconocerán al régimen talibán para ganar peso en la zona, anotándose un tanto frente a Estados Unidos, el enemigo al que batir en cualquier frente. Rusia lleva tiempo criticando la intervención de Estados Unidos en Afganistán, por lo que ha recibido la noticia del fracaso de Washington con gran satisfacción. Hace más de tres décadas, la Unión Soviética evacuaba a sus últimos tanques en Afganistán por el Puente de la Amistad, dirección a Uzbekistán. Esta semana fueron los afganos y sus milicianos, aliados de Estados Unidos, los que se veían obligados a huir por el mismo puente. Por otro lado China, pragmática e interesada, quiere participar en la reconstrucción y proporcionar inversiones para ayudar al desarrollo futuro del país. Pakistán es el vecino más entusiasta. La esperanza pakistaní es que el Gobierno talibán le dé más influencia y ventajas en Kabul y así convertirse en un fuerte aliado en la región, alineado con sus valores islámicos.

Aunque los líderes talibanes han aparecido en televisión con aire bondadoso, con sus barbas de sabios ancianos, lo que se avecina es terrorífico, especialmente para las mujeres y las niñas. Aunque en las zonas rurales la discriminación de la mujer seguía presente, los avances en la igualdad, desarrollados en las capitales durante estos 25 años, desaparecerán de un plumazo. Ya ha empezado el horror y cientos de niñas han sido entregadas para casarlas con combatientes talibanes y cerrar acuerdos. La represión sobre la mujer será brutal e inhumana, hasta convertirla en invisible. Los homosexuales serán asesinados.

En este contexto, crece una crisis humanitaria, con millones de desplazados huyendo de la barbarie. Y para completar el círculo vicioso, la instauración del régimen será el caldo de cultivo para que muchos niños lleguen a ser terroristas, dispuestos a todo por el régimen que les adoctrinó ¿Todos estos crímenes serán permitidos sin más? Con la imagen de mis hijas en la retina, creo que el mundo no puede mirar hacia otro lado mientras los talibanes esclavizan a mujeres y a niñas con total impunidad.

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