Hasta siempre, José María Cabanes

Pertenecía a esa vieja guardia de profesorado que en los años 70 y 80 forjaron centros educativos que hoy son una realidad gracias al tesón de quienes entonces se dejaron la piel

Nico Montero

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Cuando muere un docente, algo de nosotros se va con él y algo de él se queda en nosotros para siempre, grabado a fuego, co-mo herencia intangible, pero real y presente como la vida. Hace unos días, la muerte nos arrebató por sorpresa a ... un gran hombre, un ser humano excepcional, José María Cabanes. Pertenecía a esa vieja guardia de profesorado que en los años 70 y 80 forjaron centros educativos que hoy son una realidad gracias al tesón de quienes entonces se dejaron la piel.

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