El Apunte

Un necesario cambio de rumbo

El Cádiz, uno de los mayores símbolos de la ciudad, no puede permitirse perder la esperanza en recuperar sus mejores días de triunfos

Cualquiera que conozca un poco la ciudad de Cádiz sabe que su equipo de fútbol es mucho más que un simple conjunto deportivo. Su fuerza y su impacto lo convierten en un símbolo transversal que influye incluso en los que no son aficionados al más popular de los deportes. No estamos hablando de fútbol. O no sólo de fútbol. A pesar de sus muchos, demasiados, años en la tercera categoría española conserva un respaldo impresionante que supera con amplitud al que tienen otros muchos clubes en divisiones superiores. Por esa condición, su marcha deportiva, su evolución institucional tiene una repercusión, una trascendencia, superior a la lógica y previsible. Ayer, en Cádiz, se hablaba más de la nueva derrota cadista (en campo de un colista ya descendido) que de cualquier otro asunto. Esos comentarios iban acompañados de cierta desesperanza, de una mayor dosis de decepción de la habitual. Y ese es el lugar al que no puede llegar el Cádiz y su afición: a perder la ilusión. La clasificación para las eliminatorias de ascenso aún son muy probables, muy posibles, por lo que era necesario un cambio de rumbo para que los seguidores vuelvan a creer. Hay tiempo para todo, incluso para abandonar una dinámica negativa, una espiral de puntos perdidos y expectativas rotas que amenazaban con volverse crónicas. Aunque el relevo en la dirección deportiva ha podido llegar algo tarde, aún parece oportuno. Hay tiempo para volver a recuperar el entusiasmo y encarar la fase fundamental de la temporada. A este giro en el banquillo debe seguir otro de mayor trascendencia. El Cádiz, progresivamente, a medio plazo, sin precipitaciones que ya parecen absurdas tras tantos años de espera, debe regresar a su espíritu de equipo canterano. La presencia de jóvenes andaluces en el equipo refuerza el vínculo con la grada y es el recurso más sensato para un equipo con limitaciones económicas. Tiene abonados e instalaciones para hacerlo y aunque se haya abandonado esa política durante muchos años, tampoco es tarde para tomar la dirección correcta. Estamos hablando de un símbolo que es mucho más que un equipo de fútbol.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios