Involución o progreso
Hoy, los votantes de Madrid estarán depositando sus papeletas en las urnas; en unos días, nuestro ayuntamiento comenzará las rondas de participación ciudadana con diversos foros de Carnaval
Durante toda la jornada de hoy, los votantes de la autonomía de Madrid estarán depositando sus papeletas en las urnas para elegir a la duodécima Asamblea de la Comunidad. Los 136 escaños de la asamblea legislativa regional estarán en juego. Los madrileños ejercerán su derecho ... al voto libremente, algunos votaran a los extremos y otros a posiciones más centradas. Habrá personas que con su voto apuesten por aquellos que vuelcan más sus políticas en progresos sociales, la cultura o la ecología, proponiendo nuevos modelos económicos de protección y garantías judiciales o fiscales para todos los ciudadanos con un justo reparto de la riqueza en una nueva era digital. Habrá otros que apuesten por seguir en sus cómodas posiciones económicas donde la empresa y la economía es lo primero y la salud de sus ciudadanos es más de estar por casa. También estarán los que votan en pro de la involución. Aquellos que morirían porque desaparecieran leyes como la igualdad de género, el matrimonio homosexual, la ley de genética y células madre, la de memoria histórica, el divorcio, el aborto, la eutanasia, la de dependencia o la ley de protección al migrante o la de menores extranjeros no acompañados, en definitiva todas aquellas que afecten a su digna moral y ‘status quo’. Esperemos que el sentido común se implante en la cabezas de los votantes madrileños. En unos días, nuestro ayuntamiento comenzará las rondas de participación ciudadana con diversos foros de Carnaval. Nuestro consistorio tomará nota de las inquietudes e ideas que presentemos los participantes y actores del Concurso por un lado y los del Carnaval en la calle por otro.
Aquí pasará como en cualquiera de los comicios electorales. Habrá quien apueste por el progreso y estarán los que busquen la manera de volver al pasado. Los debates de cada foro serán muy distintos. Los coros tienen unos intereses totalmente diferente al resto de agrupaciones. Mientras que comparsas chirigotas y cuartetos podrán debatir cómo quieren que sean las bases del futuro Concurso, los coros tendremos que poner primero sobre la mesa cómo y dónde ensayamos tanta gente junta. Espero que la solidaridad del resto de modalidades sea la que empuje también a nuestros gobernantes locales solucionar ese básico problema.
Pues bien, si partiéramos con la premisa que ese problema estuviera por fin solucionado, en los coros al igual que en el resto de modalidades existirán los que prefieran el progreso y adaptación a los tiempos pero sin perder la esencia, como es mi caso y estarán los que quieran volver al pito de caña con un decorado fijo para todos por igual. Los extremos se retroalimentan dicen muchos políticos y aquí parece que también ocurre. Sin meterme en el Carnaval de la calle y centrándome solamente en el Concurso, hay que tener cuidado en hacer cambios de probaturas como si se tratara de buscar un plato estrella Michelin, pero tampoco podemos quedarnos estancados en un Concurso que por año presenta muchas carencias de organización y atractivo para el aficionado. La voz de la experiencia debe de imperar en estas negociaciones y el Ayuntamiento debe abrir bien los oídos para no estrellarse al emprender esta aventura en solitario.
El número de fases, la duración de las sesiones, el repertorio a interpretar, la especialización del jurado, inclusión de instrumentos nuevos en piezas genuinas, la puesta en escena… Evolucionar hacia qué o mirar atrás hasta dónde.
Mucho cuidado con los experimentos, a veces nos explotan en la cara.