La incertidumbre

Los carnavaleros esperamos a que nos digan si tendremos concurso o no

El coro de los Niños en el COAC 2020

Decía el célebre filósofo Kant que la inteligencia de los individuos se medía por la cantidad de incertidumbres que eran capaces de soportar sus mentes. Yo debo de ser poco inteligente porque las incertidumbres me suelen ocasionar mucha desazón en esta mente de continuo aprendiz ... pues convierten a mi persona en algunos de los personajes extraños como la Daenerys Targaryen, Jon Snow o Tyrion Lannister durante su juego de tronos. La esperanza al igual que la incertidumbre mata a las personas. La gente que espera algo y que no llega en la fecha que era prevista, empieza a pensar que no llegará nunca. El no saber a ciencia cierta lo que va a ocurrir nos transforma de Koala a Tigre en un segundo. Es mucho mejor saber el resultado de las cosas por muy negativo que resulte a estar esperando eternamente la llegada de un suceso o situación, que se hace de rogar tanto que llega a destrozar las cabezas de tantas vueltas que se les da con los pensamientos. La duda razonable y la espera paciente se convierten con el paso de tiempo en un nerviosismo intrínseco e irascible que hace cambiar tu comportamiento normal hasta en las tareas cotidianas más sencillas de tu rutina. La ilusión por algo en esta vida necesita de algún alimento de motivación, nadie es capaz de estar ilusionado constantemente por algo si no ve señales indicativas de que la meta tiene fecha o caducidad.

Los carnavaleros esperamos a que nos digan si tendremos concurso o no. Si no habrá concurso pero en cambio el carnaval se celebrará. Si no habrá ninguna de las dos cosas o si al final tendremos las dos cosas. La incertidumbre sobre todas estas cuestiones nos está llevando a la mayoría de nosotros a no saber qué hacer. No sabemos si contactar con los artesanos para empezar a mover los hilos de nuestros grupos. No sabemos si empezar a componer las músicas y letras del repertorio de nuestras agrupaciones. No es lo mismo escribir para te oigan en Febrero de 2021 que para Mayo de 2021 o para Febrero de 2022 o Febrero de 2023. Lo incierto de las fechas de celebración o no de los acontecimientos de nuestra fiesta hace que todo esté como el levante en calma, muy parado y plomizo. No hay bastantes alicientes para arrancar la maquinaría de la que hablábamos en otros artículos. El carnavalero de por sí, salvo honrosas excepciones, es un creador lento y parsimonioso, se hace de rogar. Trabajamos mejor en nuestras obras a golpes de impulsos o rachas que suelen ser más productivas que en aquellas ocasiones que intentamos llevar un orden y organigrama que por lo general nunca cumplimos.

El autor carnavalero es como casi la mayoría de los artistas y creadores de la sociedad general, sus mentes creativas están distribuidas con un alto porcentaje de anarquía y libertad, otro de tesón y trabajo, y el último porcentaje no menos importante que forma su mente, son los alicientes, metas, esperanzas y certidumbres. Trabajar sin motivación es sin duda una de las peores experiencias para los artistas y creadores. Las ganas en ponerte a realizar una obra no vienen solas, necesitan ayuda de un abono natural como es la ilusión. La espera incierta de las celebraciones carnavalescas enfría a las guitarras para componer y apelmazan a la tinta de las plumas para escribir.

Si no sabemos hacia dónde vamos, terminaremos en cualquier otro lugar.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios