Concursar o morir en el intento
Suele pasar que nos obligamos en mantener una empresa por aquello de ser como los demás, si ellos lo tienen o hacen yo también, conmigo no puede nadie
![Nandi Migueles: Concursar o morir en el intento](https://s1.abcstatics.com/media/opinion/2022/02/08/v/falla1-k02E--1200x630@abc.jpg)
La obsesión por alguien o algo no es saludable. Llevar ideas fijas e inamovibles en la mente no llega a buen puerto. Esa ofuscación emocional normalmente aparece contradictoria con nuestro pensamiento consciente y que a menudo va acompañada de un fuerte sentimiento de ansiedad.
A ... veces nos empeñamos en mantener una historia o causa a pesar de mil inconvenientes. Por muchas trabas que nos encontremos en el camino y por más bien indicada que esté la ruta que lleva al fracaso seguimos en nuestra idea persistente. A veces, es tan evidente y clara esa luz que indica el acceso al escape que nos ciega para ver la salida. Unos llaman a esto constancia y a las personas que lo llevan hasta su último extremo perseverantes. Como ejemplos diarios pondría esa historia de amor en la que ambos se empeñan en continuar incluso por delante de su propia felicidad y donde normalmente acaba como aquella comedia de Ubrique o esos que compran una casa por encima de sus posibilidades para arrastrarse apesadumbrados toda la vida por la asfixia de un préstamo desorbitado. Suele pasar que nos obligamos en mantener una empresa por aquello de ser como los demás, si ellos lo tienen o hacen yo también, conmigo no puede nadie. Cuesta mucho cambiar el rumbo de algo que nos hace creer que se acaba el mundo si lo parásemos. Las circunstancias personales de cada uno abren un abanico tan amplio como tantas y diferentes personalidades poseemos las personas.
Nuestro grupo, como otros muchos, ha decidido por unanimidad no participar en el COAC 2022. Una decisión muy meditada y difícil de tomar. El teatro engancha y nos gusta a todos. Es la gasolina necesaria para mantener a los grupos en activo. El estreno de una nueva obra, los premios, las risas, la tensión, los derechos de autor y retransmisión, los ensayos, los aplausos, las críticas, el antes y el después de cada actuación, la amistad. Participar en el concurso es tan bonito y tiene tanto bueno que la decisión fue espinosa.
La mayoría de comentarios y palabras de aliento por parte de amigos y aficionados han incluido la palabra sensatez hacia nuestra postura. Me siento muy agradecido por hacerme portador de esa cualidad humana tan grande, pero quiero aclarar algo. Nosotros somos sensatos, pero ojo, quien decide ir al concurso no es un insensato, ni un irracional que solo piense en sí mismo. No es un disparate inscribirse, solo es una forma distinta de ver las cosas, nada más. Ojalá el concurso primaveral sea todo un éxito, será bueno para Cádiz y los gaditanos. La mayoría que siguen adelante seguramente solo quieran divertirse y otros tal vez promocionarse, todo es lícito.
El ensayo entretiene mucho, es una actividad cultural frenética recomendable para los que se sientan solos o aburridos, las relaciones humanas es lo más bonito de todo esto y ese ha sido siempre el lema de nuestro grupo. El camino es nuestra meta. Para ello seguiremos ensayando porque nuestra meta sigue siendo la misma.
Solemos estancarnos en esa lucha continua entre el debo y el puedo, pedir permiso o perdón, en lo correcto e incorrecto, lo sensato e insensato, concursar o morir en el intento…
Sentirse libre es lo primero, sin condicionantes. Que nada ni nadie nos haga preso de un argumento. Lo mejor para salir de una obsesión es poner todo el centro de atención y la emoción en otra cosa, verán cómo funciona.