Opinión
Carta desde el exilio
No olvides echar en el petate tu generosidad, imparcialidad y el amor por esta fiesta, te harán falta
Inés hija mía, ahora que marchas al frente para unirte a las filas de ese batallón llamado jurado oficial y enfrentarte a numerosas hordas hostiles, quiero escribirte esta carta como padre preocupado desde mi voluntario y temporal exilio carnavalesco. Aquí, bajo una luz tenue, calentito ... y bien cubierto de provisiones, que acopié debido a una huelga de transporte que tuvimos, quiero darte algunos consejos para que vuelvas a casa sana y salva.
En primer lugar, te pediría que te pongas la armadura buena, esa que te proporcionamos poco a poco tu madre y yo desde pequeña. La que está hecha de amabilidad y educación. Esa que lleva remaches de responsabilidad, libertad y respeto, donde la honradez y la tolerancia sirvan para que la uses y le transmitas a tus compañeros que no todo vale, que la unidad, la moderación y sobre todo la paciencia será muy útil para salir ilesos de vuestra guerra.
Ten presente que os saldrán enemigos camuflados con uniformes de amigos, es un truco muy antiguo que aún funciona. Vendrán a decirte que siempre fuiste la mejor de las soldadas en la instrucción y que eran seguidores acérrimos de las cosas de tu padre, el capitán.
Da pasos firmes, pero con precaución porque las minas estarán colocadas estratégicamente y a poco te despistes saltará una bajo tus pies. Para las escaramuzas diarias, te recomiendo que opines sin miedo, pero no quieras imponer nada. Escucha a los mayores, no deseches su opinión, la experiencia es un grado y tú aún sólo eres una soldada rasa.
En este frente vendrán disparos de todas partes. Desde el paraíso y butacas hasta el foso de la prensa. Los corresponsales de esta guerra singular estarán más por la labor de satisfacer su soberbia periodística que en informar sobre la realidad en el frente. Ten por seguro que con sus titulares intentarán influenciar en vuestras decisiones.
Vigila también con esmero el fuego amigo, a veces es inevitable, así que ten cuidado hacia dónde apuntan tus compañeros, pero también hacia dónde apuntas tú.
Un consejo práctico es obviar el ego de los guerrilleros intervinientes, no los juzgues por lo que hicieron, ni por lo que son, sino por lo que harán ahora. Su pasado es una fuente de información que puede servirte para valorar las estrategias que usarán en cada batalla, pero no para prejuzgar y presuponer lo que van a hacer de antemano.
Debes de asumir que cuando acaben los conflictos armados, aunque aquí las armas sean los autores y grupos y la munición sus coplas, se cobrarán bastantes heridos y daños colaterales por ambos bandos. Quedarán rescoldos de intolerancia hacia vuestra decisión durante mucho tiempo, te lo digo por experiencia propia. Dejarás de ser para algunos esa chica sonriente que cantaba de maravilla, a la niña malaje y sin oído que nos dejó fuera.
Toma esto como un regalo y disfruta, es una experiencia única, no te arrepentirás. Diviértete, haz amigos y amigas para toda la vida, ese fue mi mayor beneficio del cual me siento más orgulloso. Como siempre os digo a ti y a tu hermana Claudia utilizar vuestra simpatía y entusiasmo por donde vayáis, una sonrisa abre muchas puertas y ayuda a crecer en la vida. No olvides echar en el petate tu generosidad, imparcialidad y el amor por esta fiesta, te harán falta.
Mucha suerte y recuerda que si me quieres escribir ya sabes mi paradero, te quiero.
No a la invasión.
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