Qué bonito es Cádiz por la tarde
La gente pintaba de colores las calles y sobre todo nuestros paseos marítimos y playas
Así comenzaba un pasodoble de la comparsa ‘Los Acuarelas’ de José Luis Bustelo. Tenía razón entonces y sigue teniéndola ahora, Cádiz es muy bonita por la tarde. El atardecer de nuestra ciudad el pasado sábado estuvo precioso. La gente pintaba de colores las calles y ... sobre todo nuestros paseos marítimos y playas. Algunos dijeron que fue una irresponsabilidad, que esto parecía una feria porque todos quisimos salir al mismo tiempo para reencontrarnos con ella. Todos salimos en tromba a saludarla, a comprobar cómo se encontraba de salud. Quisimos abrazarla y apretarla al igual que haríamos con ese amigo o pariente que hacía mucho no veíamos. Muchos coincidimos en salir a la vez pero nuestra ciudad estaba para verla, para pasearla y asombrarse con cada rincón. Nadie puede tacharnos de irresponsables por cuatro o cinco graciosos de turno que en confinamiento o en cualquier otro estado, siempre se pasan las normas por el pito de carnaval. La mayoría de los gaditanos apreciábamos cada rayo de luz en nuestra cara y hasta disfrutamos de ese calor tan característico con el cual el levante nos acaricia cuando no se enoja mucho. Hicimos miles de fotos a esa puesta de sol tan espectacular que Cádiz se había inventado para agradecernos la visita. Cada huella de nuestros pies en la arena nos parecía una maravilla, el sonido de unas risas y el partir de las olas en la orilla era pura música celestial. Cádiz ofreció a sus paisanos su mayor luz y belleza si cabe.
En mi paseo deportivo saludé a tantos amigos y conocidos que me parecía increíble, ya no me acordaba de lo que era ser reconocido como corista o autor de coros en mi propia ciudad . Algunos carnavaleros y aficionados me preguntaban cómo llevaba mi recogimiento personal y otros me apostillaban categóricamente que seguro tendría escrito todo el repertorio del coro venidero; eso sí ,imaginado por el aparente tiempo libre del cual había disfrutado en estos casi cincuenta días de encierro. Muchos amigos me preguntaron por la familia y algunos me contaban con veloces microrrelatos sus anécdotas personales. La gente es muy agradecida y amable en general. El simple hecho de poder salir por nuestra preciosa ciudad para dar ese paseo nos impregnó la mente de un carácter más alegre y optimista, añadiendo un plus al que de por sí tenemos los del sur.
El pasodoble de Bustelo pintaba con acuarelas las tardes gaditanas y este sábado los gaditanos pintaron de multicolor los rincones y playas mientras pedaleaban, patinaban, paseaban, corrían o surfeaban.
En nuestro carnaval hay muchos que escriben con la demagogia en negativo por bandera, la culpa de todo lo que ocurre siempre la tiene el Patronato o el jurado, y cuando ya eso no es argumento suficiente se lo achacamos al ayuntamiento de turno y sus gobernantes. No quieran hacer lo mismo que esos incomprendidos de la fiesta emborronando una salida correcta de nuestro pueblo. Los indeseables existen en todo los sitios, la gente en general se comportó lo mejor que podía y sabía debido al espacio reducido de nuestra tacita de plata. Cádiz es pequeña y todos quisimos saludar a la vez a nuestras playas urbanas. La mayoría cumplimos con las normas establecidas, algo que llevamos haciendo más de cincuenta días.
Tener a La Caleta, Santa María y a La Victoria tan a mano es un privilegio y una tentación para cualquier persona, no hagan demagogia y política rastrera con todo, por favor.