El agobio
«Cuando pase el confinamiento los autores y creadores de carnaval comenzaremos a echar humo por nuestras chimeneas mentales»
![Nandi Migueles: El agobio](https://s3.abcstatics.com/media/opinion/2020/04/21/v/falla-k1SB--1248x698@abc.jpeg)
Anotando temas posibles para escribir sobre la música de mi próximo tango me vino a la mente esa sensación de ansiedad o inquietud intensa provocada por alguna situación o dificultad que cuesta mucho superar, el agobio. Cada vez que pasan más días de esta dura ... prueba se nos va haciendo un poco más dificil el superarla. Para algunos ya no les valen siquiera las palmas de las ocho de la tarde ni las videollamadas con amigos o familiares, ni incluso las conversaciones por Whatsapp o saber que la curvatura de la dichosa curva se está doblegando. Ya no les sirve ningún tipo de consuelo afectuoso, esperanzador o sanitario.
Nuestros síntomas de flaqueza son signos normales en estas circunstancias, es lógico que a todos nos ocurra ésto algún que otro día. Sufrimos casi siempre más por los demás que por nosotros mismos. Nos entra un agobio asfixiante sobre todo por cómo puedan sentirse nuestros hijos e hijas, siempre serán nuestros niños pequeños y seguramente a ellos les pasará lo mismo con sus padres, nos percibirán por día más mayores y faltos de fuerzas. Lo sentimos también por familiares y amigos que viven solos o por aquellas que lo sufren al convivir con sus maltratadores.
Esa sensación de ansiedad continua y magnificada de aquellas madres que luchan por sacar a hijos difíciles adelante o la de aquellos que reciben tratamiento de la otra innombrable enfermedad. El agobio de los sanitarios en su impotencia y desprotección, los agobios del gran empresario de las navieras, los transportistas, del que tiene un pequeño comercio, el de los trabajadores, el de las fuerzas de seguridad del Estado o los vigilantes de seguridad privada que realizan los trabajos más penosos y nos son ni reconocidos, del que perdió su trabajo o incluso el agobio, que sin analgésico posible, siente el que no puede besar a su pareja o necesita de ella.
Cuando pase el confinamiento los autores y creadores de carnaval comenzaremos a echar humo por nuestras chimeneas mentales porque pondremos en funcionamiento los motores de la creatividad a toda máquina, será nuestro agobio trivial. Seguramente nos inquietaremos en exceso cuando veamos que somos incapaces de acertar con esa idea maravillosa para nuestra agrupación futura. Nuestro agobio irá incrementando al ver que pasan los días y parece que no estamos cualificados para componer esa música de tango o pasodoble que nos resulte magistral y sobre todo que satisfaga a los exigentes miembros de nuestro particular jurado; familiares, amigos y componentes.
A muchos se nos hará el día noche y lo blanco en negro al intentar rellenar las hojas vírgenes de ese cuaderno que usamos para cada nueva creación. Comenzaremos a sacar a borbotones nuestro estrés rabioso por cada miembro del grupo que te notifica que no va a continuar o que se va a otro grupo. Nuestra intranquilidad aflorará planificando los gastos que supondrán la confección del tipo y puesta en escena, que por poner un ejemplo, un coro de los normales plantado sobre las tablas del Falla cuesta hoy día un mínimo de treinta mil euros. En definitiva pasaremos de un agobio mundial a otro de estar más por casa ocasionado por sacar una nueva agrupación para el próximo concurso.
Por mi parte os aseguro que convertiré ese agobio venidero en pura calderilla y animaros a seguir en esta lucha porque como dijo Lope de Vega «más mata el bien que tarda, que padecer el mal que ya se tiene».