Opinión

Dos mundos: leído y tele-visto

Hace años que abandonamos un mundo construido a base de cosas leídas

Fernando Sicre

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Hace años que abandonamos un mundo construido a base de cosas leídas. Hoy, el mundo que cada uno construye, lo hace sobre las cosas vistas. Entre medio, las cosas oídas. Estas tres situaciones descritas, para construir nuestra razón de vivir la propia existencia, se circunscriben ... con tres medios de comunicación: prensa, radio y televisión. La evolución supone siempre un menor esfuerzo. La prensa exigía el doble esfuerzo de leer y reflexionar y sólo así poder construir nuestro mundo. La crítica era posible porque había un ejercicio intelectual, que permitía discriminar racionalmente las situaciones. Las ondas radioeléctricas, facilitaron las cosas, haciendo innecesario aparentemente el ejercicio de la lectura. Escuchando la noticia y siendo desmenuzada por los comunicadores radiofónicos, sólo era preciso un pequeño esfuerzo mental para la posición personal, por cada uno de nosotros ante el hecho producido y narrado. La reflexión se relaja y la línea editorial del medio escuchado, mediatizado ideológicamente, presenta la noticia con respuesta incluida. La capacidad de raciocinio, unido todavía a la capacidad de lectura, como línea de contraste en cada información, permite aún llegar a conocer el problema e interpretarlo personalmente, producto de la razón-apreciación personal de cada uno. Hoy, impera la televisión. Tele-ver nos ha cambiado. La televisión nos hace ver. Hasta entonces el hombre veía su propio mundo, el que lo circundaba. Hoy, el hombre ve todo lo que acontece en el mundo. Y, además, los medios de comunicación, no sólo lo hacen ver y oír, sino que impregnan su propio credo en la línea editorial, por lo que vemos y escuchamos no es neutral, sino que siempre va impregnado de su correspondiente carga ideológica. Va teledirigido. De ahí, la controversia suscitada a colación con los debates televisivos. Porque tele-ver, hace cambiar a los televidentes, a los que no solo predispone, sino que ven y escuchan más allá de lo que se puede ver y oír de manera tangible. La TV posibilita el movimiento de lo inmóvil, incluso es capaz de dar vida a lo que es inerte. En resumen, el homo sapiens ha pasado a ser homo videns. El hombre ha pasado de saber a ver. La mente ya no disecciona los conceptos para su comprensión. El cerebro se conforma a base de imágenes, que no exigen necesariamente la comprensión del conjunto de conceptos que configuran cada una de ellas. La información suministrada por la TV consiste en dar la noticia y predisponerla en función de los intereses de los creadores de la corriente editorial, propietaria del medio de comunicación. De ahí, que mientras la realidad se complica, las mentes se simplifican para asimilar la noticia, como información predispuesta. La consecuencia de ello, es que la democracia está en peligro. Hubo antaño la intención de crear un “hombre nuevo”, producto del dogma marxista. Pero no lo consiguió, porque en 1990 colapsaron los regímenes comunistas, producto de sus contradicciones. Pero, la TV sí que está a punto de crear el hombre televidente, fabricado a base de video-poder, con una mente unidimensional formado por cosas vistas. La imaginación y la crítica intelectual personal, han pasado a un segundo plano, de ahí el incómodo lugar en el que queda la democracia.

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