Los monos del peñón y las monas de la peña

El presidente 'cum fraude' dijo hace un mes que «el Peñón no será un problema»

El título denota las exigencias eco-feministas para referirse a los más famosos habitantes de la Roca. Sus monos y sus monas. Pero, sí nos referimos a los humanos habitantes del lugar, su gentilicio haría referencia a los “peñazos” de Gibraltar. Sólo que aquí como ... en Cabra sus gentilicios distan de derivarse directamente del nombre del lugar. Egabrenses y llanitos o yanitos, porque lo escriben como les vienen en gana. Utilizaremos los conceptos en neutro, aunque no satisfagamos a la Ministra de Cabra, no sometiéndonos muy a su pesar a la dictadura que pretenden imponer en el lenguaje las dogmáticas feministas.

Mientras las monas, que no los monos deambulen en Gibraltar, la Roca seguirá bajo dominio británico. Tan es así el sentido de la tradición inglesa, que durante la Segunda Guerra Mundial cuando se temía la invasión hispano-alemana, Churchill ordenó traer un importante número de ejemplares de las montañas del Rif para preservar su existencia y de esa forma asegurar el dominio británico.

El presidente “cum fraude” dijo hace un mes que “el Peñón no será un problema”. Hace una semana manifestó que vetaría el acuerdo entre la UE y el Reino Unido, porque directamente le han tomado el pelo, con la redacción del artículo 184 del mismo. Ayer levantó su veto sobre el Brexit: "hemos llegado a un acuerdo sobre Gibraltar". A su juicio sí es que le queda alguno, manifiesta que se "excluirá" a Gibraltar de la negociación general de la UE y el Reino Unido y permitirá a España tener una "negociación directa con el Reino Unido sobre Gibraltar". "Exigirá el acuerdo previo español para cualquier asunto de la UE que se aplique a Gibraltar". Sin embargo, el artículo 184 permanece con su contenido originario, foco del conflicto. Dicen que suscribirán adendas sobre el mismo. De momento son sólo palabras y sobre la roca, el levante y el poniente se lo llevan todo, menos a los monos y las monas. Así que queda en el aire las pretensiones españolas, que desde hacía tiempo exigían al respecto del Brexit, que cualquier relación futura de Gibraltar con la Unión Europea pasaba por el acuerdo de España y del Reino Unido.

La soberanía de Gibraltar fue transferida al Reino de Gran Bretaña en 1713 mediante el artículo X del Tratado de Utrecht, tras la Guerra de Sucesión Española. El Reino de España reclama la soberanía de la zona desde entonces. El territorio está en la lista de la ONU de territorios pendientes de descolonización. Los catalanes han intentado buscar un punto de encuentro en el problema del Peñón y lo que ellos denominan “problema catalán”. El otro día, cuando los de ERC hicieron el paseíllo, gargajo incluido, saliendo del “hemiciclo”, puse la vista en Gibraltar, en las alturas de la roca donde habitan los macacos. Los “Tardás” y “Rufianes”, descendientes directos del australopiteco, muy a lo pesar de la similitud del componente genético catalán con el francés, a decir de Junqueras, aspirante a parecerse a Alain Delón, por eso del supremacismo racial catalán sobre el español. Menos mal que los españoles tenemos poco parecido físico con el ínclito de Estremeras y con los del paseíllo “gargageril”. Sin quererlo, me vino a la cabeza por su enorme parecido con los macacos, también llamados monos de barbería o monas rabonas, de la especie de primates catarrinos, que no catalanes, con los ínclitos del paseíllo tras la sonada de mocos y expulsión de estos. Los que mantienen que “Espanya ens roba”. Los monos son calificados como ven de rabones. Y yo por mucho que intento sacar otra visión cuando contemplo un ejemplar de macaco de la roca, me viene a la cabeza a toda la patulea de ERC en el Congreso. En cualquier caso, ante unos y otros, cuido y vigilo permanente mi cartera. Ahora, después de reflexionar sobre las similitudes que me producen, no lo son realmente por el parecido físico, sino por lo del “arte del birloque”. Ustedes me entienden, ¿no? Pero es que todo lo que ocurre últimamente me confunde. Y lo siento de veras. Pero por los monos, claro está.

El problema de Gibraltar no tendrá solución mientras la Línea de la Concepción no pueda asimilarse y disponer de las posibilidades que el estatus colonial de Gibraltar le otorga desde la óptica económica. Yo propongo la creación de la 8ª Zona Franca española, con control fiscal-aduanero en la zona de Campamento. La aplicación en su interior de las ventajas de cualquier zona franca, a lo que habrá que incluir un especial régimen fiscal que podría encontrar similitudes con el canario. La entrada en Gibraltar estaría supeditado a la entrada por Campamento en La Línea. Sólo así se le bajan los humos a Picardo, otro que tal baila, como las macacas rabonas envueltas en un “picardías” del Peñón.

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